jueves, mayo 01, 2008

la de los jueves 1 mayo 2008

Se llamaba (o llama) Antonio, en realidad no lo sé, es que fue hace tanto tiempo y con mis dos neuronas sanas me es imposible recordar su apellido. En aquel entonces tenía escasos 9 o 10 años y Toño era uno de mis mejores amigos. Pena ahora me da decir que no recuerdo ni a su familia, ni dónde vivía, y mucho menos qué fue de él. Pero el recuerdo me lleva a esa bendita edad de la inocencia y a un Piedras Negras cada vez más lejano.

Con estos recuerdos me doy cuenta que viví en “tiempos de abuelos”, mismos que jamás conocí, y es que en estos momentos de dulce morriña me cae el veinte de que me juntaba con Humberto Compeán en el pequeño kiosco de su abuelo donde paraban por obligación los “Autobuses Ibarra”; se encontraba muy cerca de la que en aquel entonces se llamaba “Puerta de México”, y que desafiaba a un incipiente tráfico por encontrarse peligrosamente ubicada “en medio de la calle”. Seguro que eran de abuelos aquellos tiempos idos. Pero volvamos a Antonio, creo que su casa estaba ubicada en la colonia “Mundo Nuevo”, pues la casa de su abuelo estaba a la orilla del Río Bravo y la caminata no era larga, pero sí bien divertida, pues en el trayecto había dragones y ogros a los que teníamos que vencer usando látigos y espadas (ramas secas de sauces) y proyectiles extraordinarios (piedras del camino).

El abuelo de Toño estaba ciego y aún no me explico cómo le hacía para él mismo barbechar y sembrar “pastura” en aquella empinada ladera hacia el río. Mis recuerdos se inundan de sol y de risas, carcajadas de dos niños rodando colina abajo terminando empanizados de tierra y restos de pastura. Qué linda época, llena de la exquisita inocencia de mi pueblo y de mi gente; la inocencia de hoy ya no es la misma, podrán estar de acuerdo ustedes conmigo, con el cable, el internet, y hasta los celulares donde las micro pantallas de los mini artefactos cuasi radioactivos recaban información de todo y para todos, así ya no se puede ser inocente por mucho tiempo. A nosotros nos bastaba entonces aquel escenario de tierra y hierba tierna para recrearnos hasta el infinito.

Pero dejemos los recuerdos por esta ocasión, que poco o nada les puede importar lo que esta monserga de antiguo juglar pueda contarles de su niñez, mejor pasemos a otras cosas, ¿Me acompañan?

Mi cabeza sigue empecinada en fijar su atención en esas “casas de trato” que llamamos Cámara de Diputados y Cámara de Senadores, nuestro vilipendiado Congreso de la Unión. Pienso en el circo político que se arma cuando un tema, las más de las veces intrascendente, llama la atención de nuestros democráticos representantes: que si las botas de Fox, que si los bonos adicionales para los legisladores, que si es mejor 8 impuestos-monstruo que el IVA para todo consumo, y así por el estilo, y su majestad los medios de comunicación detrás de la nota escandalosa. Por ejemplo, con este asunto de la “Reforma Energética”, “amarillos”, “tricolores”, “azules” (verdes, multicolores, triglicéridos y vomitivos) alzan la voz y hacen llamados al respetable invitando a dar su opinión. Y entonces, ¿para qué queremos representantes? Si nos preguntan directamente a cada mexicano qué es lo que opinamos de cada cosa nos ahorraríamos una lana al despedir a tanto lastre legislativo, pero la verdad esta utopía sería regresar a la edad media y desde luego que no conviene. ¿De qué rejijos de la malcriada quieren que opinemos, cuando a la mayoría sólo nos interesa sacar el “chivo diario”? ¿Qué podría opinar un campesino, o un obrero, un taxista, de la mentada reforma? Digo, es como pedirle opinión a Oscar Murillo sobre el arte de la prevención de contingencias; no se le puede preguntar algo a quien desconoce el tema porque lo más seguro es que se obtenga una respuesta inútil. ¿Para qué insisten algunos legisladores en consultas inútiles? De seguro que es sólo para llenarse la boca de pueblo. Pero hasta ahí.

Más cerquita, el hermanito del “virrey de Coahuila” anda haciendo una campaña populachera con respecto al asunto del petróleo: pinche oligarquía rancia la de nuestro estado, pero bueno, ya sabemos que si la estamos permitiendo pues a joderse. El “moreirita” (al igual que los “amarillos”) quiere que el respetable (o sea nosotros, pueblo agachón) seamos los que opinemos al respecto; hijos de la…….. así fueran de considerados para consultarnos otras cosas. Como les decía, la táctica funciona para publicitar su supuesta “preocupación por el bienestar popular”, pero es inservible en el campo fértil de la práctica. Insisto, muy pocos están enterados de lo que trata la “reforma”, pues más nos ocupa y preocupa el diario afán de sacar algo para comer. Pero no desesperen, estimados y nunca bien ponderados “servidores” públicos, que aquí está este briago intento de escritor para repetir una sugerencia que a otros ha escuchado decir:

Qué les parece si, por el momento, dejamos este asunto del petróleo en manos de cerebros educados y manos inteligentes; qué les parece si en lugar de las jaladas atómicas de “consultas populares” y “meretrices de congreso”, dejamos este asunto a cargo de gente universitaria, del instituto del petróleo, vamos, expertos en la materia. Hablo de juntar una selección de nuestros especialistas (“masters”, doctorados en el tema) y rectores de las más reconocidas casas de estudios. En nuestro hermosísimo país existe gente muy capaz, sólo hay que otorgar la oportunidad a quienes la van a aprovechar al máximo. En nuestros prestigiados santuarios del saber hay gente muy preparada, y lo más importante, que no está prostituida, que no tiene compromisos con nada ni nadie en su eterna búsqueda de la verdad al servicio de la humanidad. Dejemos que ellos hagan un análisis completo (económico, ecológico, social, funcional) sobre este asunto.

¡Ah, pero no te hagas ilusiones, inocente y pobre amigo! Sueñas algo que no tiene lugar en la mente de los que toman las decisiones. Si los perros pelean por el hueso, es porque este hueso trae pegada la vaca completa, gorda y de prolijas ubres. Pelean por seguir mamando a manos llenas del presupuesto. Dejar esto en otras manos les disuelve los planes. Ellos dicen que se preocupan por México, yo digo que ¡Qué poca madre, señores diputados y senadores!

Y mientras, en la capital de la “República” (¿conocemos el significado de la palabra?), el mayor secuestro que en épocas modernas se ha dado sigue impune y sin denuncia alguna que proceda. Y por acá en Piedras Negras seguimos manteniendo a una plaga de funcionarios improductivos que dicen que trabajan; si los rumores son ciertos y Chuy Mario sale como candidato a la diputación, ¡¿Qué no harán la bola de haraganes?! Seguro que muchos se pondrán felices pues ya saborean el hueso con carnita que les espera (unos han de estar como el del anuncio: “¡Ya me vi!”, ¿verdad “amigote”?). Es el juego político acostumbrado en nuestro país. ¡Suerte te de Dios, que saber nada te importe!

El caso empeora porque estos “vivos” (los que hacen como que trabajan a pesar de que se les paga bien), estos maestros de la lisonja, la tranza, los arreglos “ondergüarer” (léase: bajo el agua) creen merecer el sueldo, sumado a lo que por sus maniobras puedan obtener de “extritas”. Y siguen ahí, con su trato amable sobreactuado con el poderoso y su desprecio hacia los “ciudadanos cero” (aunque hay que reconocer que cuando se requiere la foto o andan tras los votos, son todo sonrisas los condenados). Pero, ¡Oh, desventura!, un día los amigos se van (... ¿y a dónde se fueron todos?), las influencias se evaporan, las secretarias, choferes, guaruras, celulares pagados por sabrá Dios quién, se acaban, la carne se afloja… (bueno, eso es otro asunto), y así, en el ocaso de sus días se encuentran con la única persona a la que nunca pudieron engañar a pesar de toda su astucia: el viejo loco del espejo. Tengo la esperanza de que muy dentro de cada uno de estos miserables seres (los Hank, Montiel, Salinas, y un muy largo e insultante etcétera), existe una pequeña flama, minúscula semilla de decencia, que florecerá y los hará sentir por sí mismos idéntico desprecio por su desagradable persona que les tendremos todos nosotros per saecula saeculorum.

Pero mientras esto llega a suceder, “Juan Pueblo” sigue de brazos cruzados, desencajado el rostro y lleno de rabia por dentro, pero sin hacer algo por sí mismo, pues dentro de su pluralidad y multiplicidad de intereses cruzados, le han inculcado que hacer cualquier cosa resulta inútil. En el mundo del revés en que vivimos se advierte lo siguiente: sigamos siempre así, enseñemos a nuestros hijos a hacer lo mismo. Total, así estamos acostumbrados a vivir desde que tenemos uso de razón y nada se puede hacer. ¿Apuestas?

Se llegó de nuevo un jueves más y con él la esperada y grata reunión de cada semana con aquellos que me honran al llamarme amigo. Tengo “la sed”, así que prepárense para una noche larga (no tanto como la del jueves pasado), para cualquier comentario, aclaración o mentada de progenitora me pueden encontrar donde siempre, a la misma hora y en la misma mesa (la que más aplaude). Soy Armando Castro y desde este bonito rincón del norte les deseo un buen jueves y una excelente semana.

Que tengan ustedes buen día y mejores noches.

PD. Socorro y Jose Luis, “Coraje. Comenzando la jornada con esta palabra y siguiendo con la Fe en Dios, llegarás hasta donde necesitas”. (Paulo Coelho)

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