Tener esperanza es algo inherente al ser humano. Forma parte de nosotros desde el principio de los tiempos, o por lo menos de aquellos tiempos en los que fuimos capaces de sentir esperanza, porque de ahí en adelante no la soltamos ni para dormir. Les comparto un escrito por autor desconocido que dice: “La esperanza no es fingir que no existen los problemas. Es la confianza de saber que estos no son eternos, que las heridas curarán y las dificultades se superarán. Es tener Fe en el Espíritu Santo que mora en nuestro interior, que nos guiará desde la oscuridad hacia la luz.”. Difícil es creer en esta era ultra-materialista que la Fe nos puede dar esperanza eterna, y sin embargo así es. Si realmente crees en un Dios o equivalente (de corazón, de a de veras, con certeza), si en verdad vives tu Fe, no importa cuan difíciles sean los tiempos y las situaciones, tu corazón estará lleno de alegría y de luz… ¡En serio! Mis lectoras y lectores, donde hay Fe hay luz, y donde hay luz siempre hay esperanza.
Ahora bien, si tú eres de aquellos que tienen su Fe escondida bajo un caparazón de pesimismo; oculta en el rincón oscuro del corazón donde se acumulan toda clase de sinsabores y fracasos; o tal vez eres de los que su Fe ha sido mermada por el temor a ser considerado “blando” en un mundo de “fuertes”, creo que sufres (porque se sufre) innecesariamente. En mi opinión (después de haber vivido así, con una Fe condicionada) te digo con la esperanza de que me escuches: libera tu Fe. No es necesario que te conviertas en predicador o disertador del estado del espíritu del hombre y la mujer, basta con que tengas en el alma la semilla de la convicción de que al hacer el bien, y como dicen, sin mirar a quién, un ánimo de optimismo pudiera llegar a ser el detonador de una vida nueva que te catapulte hacia una condición mejor, que te permita trascender y ser conciente de ello. Creo que de eso se trata. Así, tus esperanzas estarán orientadas a mantenerte de pie, pues en tu lógica siempre habrá algo que rescatar de todo lo vivido. En el caso contrario, la cosa se torna gris, pues el círculo vicioso del pesimismo terminará encerrándote en tu concha protectora y puedes terminar viendo el desfile pasar sentado en la banqueta, sin participar de la satisfacción reservada a los poseedores de la Fe.
Creyente o no, la esperanza depende de lo que hagamos para que las cosas se den o sucedan (ni Dios ni el “destino” te lo van a poner todo “bien papita”). En pocas palabras, debemos hacer y actuar con la “esperanza de” y no estar postrados “esperanzados a”.
Entrando al terreno de lo cotidiano y tomando en cuenta lo anteriormente escrito, yo tenía la esperanza de que la tenencia se derogara este sexenio (bueno, aún la tengo), pero por lo escuchado y leído, este maldito impuesto se deroga (si acaso) allá por el año 2014, dándole tiempo a los estados y municipios para ver qué inventan para seguir ingresando lo que hasta ahora proporciona el anticonstitucional impuesto. Por lo pronto yo sigo en busca de un abogado altruista (me río de mi, pues abogados así es posible que no existan), que me ayude a tramitar un amparo para evitarme pagar ese impuesto el próximo año. Claro que mejor sería encontrar un valiente de ese gremio que nos tramitara un amparo a cientos, eso sí sentaría un precedente de lo hartos que estamos y de la urgencia para que esto suceda. Un grito desesperado surge de la nada: YA DEJEN DE COBRARNOS IMPUESTOS QUE NO ESTÉN BASADOS EN NUESTRO INGRESO.
Siguiendo en la misma tonalidad, conservo la esperanza de que si sigo insistiendo en este espacio para que Chuy Mario (padre) haga una limpia en su “gabinete”, tarde que temprano algo tiene que suceder. Y no, yo no soy partidario de marchas, manifestaciones y babosadas como esas. Creo con firmeza en el valor de la opinión, en la libertad de expresión pues, y con buena suerte los que están enfrente también crean en lo mismo para llegar a consensos, y que las opiniones pacíficas de muchos puedan más que la testarudez (a veces ofensiva) de unos pocos. Ahondando en este asunto, aprovecho para comentarles sobre lo que uno de mis amables lectores me ha escrito, preguntándome si me gustaría tener un puesto en la Presidencia Municipal. Bueno, quisiera contestarle públicamente que no. Debe ser muy “cachetón” pasarse la mayor parte del tiempo “flotando a la deriva”, yendo hacia donde los vientos de la jerarquía política nos quieran llevar, sin hacer mucho ruido para no caer de la gracia de los que quitan y dan, y cobrar un salario, tal y como lo hacen la mayoría de los que dicen “trabajar” para el municipio (no apruebo que se afirme la existencia de “aviadores” en la Presidencia Municipal de Piedras Negras, hasta que se demuestre lo contrario), y en esta lista negra están incluidos (destacándose en los primeros lugares) quien encabeza Imagen Urbana, Seguridad Pública (dentro de la cual esta Protección Civil), Obras Públicas, Atención Ciudadana, además sobresalen en la lista todos los regidores, y por último y con mención honorífica, un muchachito “inflado” (y trepador) que “administra” la Plaza de las Culturas. La verdad es que no podría navegar en ese mar de aguas tibias, dado mi gusto por nadar en aguas heladas cuando trabajo, y de relajarme en aguas calientes cuando descanso.
Sería muy positivo que un día el inútil diputado local y “líder” de la infame CTM nigropetense, Leocadio Hernández, recibiera inspiración Divina y realmente se pusiera a trabajar por quienes lo eligieron (yo no) y por quienes dice representar. Guardo la esperanza (limpia y pura) de que algún día los sindicatos en México negocien con la lógica de la consecución de resultados y no sólo con la lógica de “conquistas sindicales”, que casi siempre consisten estas últimas en más pago y menos responsabilidades. Este cáncer que corroe la cultura laboral mexicana nos aleja de la deseada meta de crear más y mejores empleos, y alienta en aquellos que si quieren trabajar la búsqueda de mejores oportunidades en otros países. Triste. Vergonzoso. Pero real.
Sería estupendo que nuestros jóvenes dejaran a un lado los modelitos creados por los pulpos publicitarios, con las consecuentes aspiraciones del dinero “fácil”, creadas por nuevos “héroes” de la cultura popular como los “narcos” que luchan contra la “polecía” y le dan dinero a los pobres; o los “licenciados” influyentes que pisotean la ley para lograr turbios intereses; o los “rateros”, “chulos” y otras rarezas de la bien poblada feligresía de antihéroes, y que se dedicaran a buscar su futuro en los valores de la Fe, la familia y la comunidad donde conviven; tengo la esperanza de que los jóvenes del colegio Cumbres-Alpes (que más yo quisiera que fuera toda la juventud de Piedras Negras) tome como ejemplo a José Federico Arredondo, que dejando a un lado modas y modismos, viaja al estado “gringo” de Michigan y a su corta edad logra resultados de excelencia. Estos son los verdaderos héroes que se deben imitar, de tomar como ejemplo.
Y al último, seguro por intrascendente, aún tengo la esperanza que algún día el “Tri” pueda ganar dignamente algún título en el fútbol internacional, tomando así en cuenta la “hinchada” nacional, que daría hasta el alma por ver en su equipo a jugadores profesionales y no tanto “vedette” sobrepagado.
Y hablando de tomar, hoy es jueves, dejo a un lado el teclado y la cordura, para sumergirme en los sueños, la fantasía, utilizando la anestesia popular por excelencia y así llegar a la locura y el desatino. Esta costumbre nómada mía, creada (que no buscada) tras el temporal cierre de mi abrevadero favorito (en circunstancias inexplicables), me lleva a demandar sitios donde “cazar leones” y mitigar mi sed. Si los veo por ahí me dará mucho gusto saludarlos. Y si esto no sucede, pues desde aquí reciban el más caluroso saludo de este intento de escritor. Cuídense mucho por favor.
Que tengan ustedes buen día y mejores noches.