jueves, agosto 30, 2007

la de los jueves 30 agosto 2007

Hay fibras del alma tan sensibles que sólo basta un suave susurrar para que se estremezcan de la manera más intensa, ola gigantesca de emociones que nos hipnotiza al convertirse en algo de facto, físico o concepto abstracto, música, escultura, pintura, danza. La lista es larga: arquitectura, literatura, el teatro y la retórica, hermosa expresión de los seres humanos que a través de la declamación llega a alcanzar niveles supremos.

Confieso que he cambiado. Alguna vez fue muy real el no importarme mucho lo que pudieran pensar ustedes de lo que yo escribía. Ahora no. Una vez a la semana me gustaría ser ese susurrar que los pudiera hacer vibrar hasta sacudirlos; muy dulce intensidad es la que quiero regalarles cada semana. No crean que se me ha subido, al contrario. Entiendo que soy muy humano, muy limitado, muy imperfecto. Lo que quiero decirles hoy es que no siempre puedo a placer abrir el pecho y sacar del corazón lo que pudiera transformarlos, emocionarlos, mejorarlos. A veces simple y llano no puedo. Ante mi incapacidad por entregar a placer el corazón cada semana, compenso mirando mi alrededor y después opino sobre temas de nuestro entorno, de nuestras realidades nigropetenses. Dicen que desde mi pequeñez hasta me convierto en molesta y diminuta voz que hace sentir incómodos a ciertos personajes. Quién sabe. Qué intranquila tendrán la conciencia si en verdad se molestan por lo que pueda comentar con mi muy humilde capacidad comunicadora.

Qué más quisiera yo cada semana que contarles cosas trascendentes como la que les platiqué alguna vez sobre mi padre, o de cuando les platiqué de hombres de gran tamaño como el Ingeniero Zavala. Yo quisiera hacerles sentir a flor de piel, así tal como yo lo siento, de las desgracias que ocurren y que pudiéramos hacer algo por evitarlas, o de las alegrías y las maravillas y las grandes hazañas. De verdad, quisiera entregarles el corazón cada semana, mas no puedo.

Lo atribuyo a la rutina diaria que roba inspiración y tiempo, que nos arrastra a otras cosas que no dejan traducir los sentimientos en ideas, las ideas en palabras y las palabras en texto. ¡Cuánto se pierde en este ridículo e improductivo desfase!

Por eso de repente dejo de escribir, porque no encuentro “algo” especial, temiendo aburrirme con lo mismo de siempre y como consecuencia aburrirlos a ustedes.

Hoy que regreso a este lugar que conocemos como “la de los jueves”, y que ya muchos de ustedes han hecho suyo (¡Muchas Gracias!), de nuevo me encuentro sin las esquivas musas; mis dedos no se mueven sobre el teclado como muchas veces lo hacen. Mis ideas se tropiezan unas con otras y mis muy dañadas neuronas se vuelven un caos tal, que ni un buen Merlot pude poner en orden (bueno el alcohol, parece ser, nunca pone en orden nada).

Por lo anterior, y por todo lo que en este momento se me escapa, les agradezco su benevolente paciencia y sus ganas de seguir en la lectura de mis opiniones, ideas, tarugadas y lo demás de lo que llamo mi cabeza, produce.

Se llego el jueves (¡Que rápido corren los días!) espero verme con los de siempre, en los lugares habituales para tomar lo mismo y conversar de todo. Ustedes hagan lo que les plazca, siempre cuidándose y sin arriesgar de más. Soy R.A. Castro y les deseo un buen jueves y una semana excelente desde este lugar situado en alguna parte del inmenso universo.

Que tengan ustedes buen día y mejores noches.

jueves, agosto 16, 2007

la de los jueves 16 agosto 2007

Lectoras y lectores, amigas y amigos; con mucha pena tengo que comunicarles que esta semana no hay “la delos jueves” y la razón no es otra que mucha carga de trabajo. Por tal motivo les pido disculpas y espero sepan comprender mi actual situación.

Espero volverlos a molestar en dos semanas mas, así que por el momento no les digo adiós, sino hasta pronto. Estoy seguro que Dios los bendice, y de corazón deseo que estén bien.

Que tengan ustedes buen día y mejores noches

jueves, agosto 09, 2007

la de los jueves 9 agosto 2007

Erase una vez un pueblo en una región árida a los márgenes de un río de corrientes fuertes y gran caudal, un río muy bravo. Este pueblo de gente noble, leal y amable no estaba preparado para enfrentar ninguna contingencia natural por lo que su sabio y viejo rey decidió que era momento de formar un grupo encargado de prevenir y ayudar a la población en caso de alguna emergencia. Sin hacer una convocatoria, ni someterlo a elección popular (era el rey, su palabra era ley) nombró como jefe de este grupo al herrero del pueblo (que además de manejar la fragua, medio arreglaba carretas) que no tenía idea de cómo realizar la tarea que se le encomendaba, pero que gustoso aceptó el nombramiento pues para él significaba ser un funcionario del rey (posición social) y además le darían una carreta para uso personal pagada con el erario del reino.

Todo era miel sobre hojuelas para este ilustre y pintoresco personaje, pues nada sucedía que requiriera de su atención, ocupándose únicamente de pasear por el pueblo en su carreta y de cobrar sus monedas de oro por no hacer cosa alguna; poco o nada sabía el herrero sobre lo que el futuro le reservaba. Una tarde el cielo se puso gris, los vientos comenzaron a arreciar trayendo consigo granizo y agua, y de la nada surgió un tornado. No hubo avisos, no hubo oportunidad de escapar. Se perdieron vidas y chozas. El herrero imitó a los avestruces y metió su cabeza en un hoyo, olvidando que de esa manera dejaba su amplio trasero expuesto, mismo que recibió varios tablazos por parte del rey que por alguna extraña razón lo confirmó en su puesto y le mandó a capacitarse en un reino a algunas leguas de distancia. Pero el herrero no fue, no podía ir pues carecía de autorización para entrar en aquel reino, “¿Qué puede pasar?”, se preguntaba, “lo que sucedió no se repetirá, fueron vientos y lluvia fortuita, sólo fue una casualidad”; así que hizo caso omiso de la orden y mandó a un paje en su representación.

La suerte no estaba del lado del herrero, pues a esta desgracia sobrevinieron otras menores, y el rey no hacía nada por remover a su inepto funcionario. Bueno, tanta era su incapacidad que un día un habitante del pueblo murió de un infarto en su humilde carreta a escasa distancia de un puesto de auxilio, y nadie acudió en su ayuda, todo porque el herrero había dado la orden de que nadie saliera de sus puestos. Poco a poco iba perdiendo su suerte inicial.

Me gustaría decirles que este cuento termina como todo cuento clásico, donde todos viven felices para siempre. Pero no. Este cuento termina mal. El herrero siguió en su puesto y el rey siguió confiando en él a pesar de sus errores e incapacidad; el pueblo siguió a expensas de la suerte.

Este cuento es producto de la imaginación. Cualquier parecido con la realidad, de gente viva o muerta, es pura y mera coincidencia.

Dejándonos de cuentos, pareciera que por fin Conrado Hurtado (el que cobra por imagen urbana) se pone a trabajar; el martes pasado anunció que se limpiarán los terrenos baldíos y que la limpieza se cargará al impuesto predial del 2008; habrá sido la insistencia de este intento de escritor en el tema, o será mera coincidencia. ¡Qué importa!, lo vital del caso es lo que dicen que dijeron que andan diciendo: ¡lo van a empezar a hacer! (y eso aún hay que verlo). Me gustaría felicitar al Licenciado Flores Garza y a Don Conrado por aplicar el reglamento y limpiar las colonias y no sólo donde están las principales vías de la ciudad, pero me las reservo hasta ver si hay resultados. Una pregunta: ¿Cuál es el plan? ¿En qué fechas le toca a qué colonia? ¿En qué fecha empiezan y en qué fecha planean terminar? ¿Dónde y con quién se pueden aclarar estas dudas? Si alguien me puede dar respuesta a esta última pregunta, les pido sean tan amables de escribir a ladelosjueves@gmail.com les estaré muy agradecido. (Sé que me leen en la presidencia municipal, así que no se hagan “güeyes”).

Por último y para no cansarlos, hace unos días, los medios publicaron la noticia de que una funcionaria municipal (ligada a la promoción del turismo de este bello y amado “rancho”) fue “brutalmente” agredida (verbal y físicamente) por elementos de la aduana de Piedras Negras, o sea de aquí. Por desgracia o desinformación de quien les escribe, sólo me enteré de lo que le hizo saber a la prensa dicha funcionaria agredida y no se nada de lo que hayan declarado los supuestos agresores. El motivo de la agresión: no haber querido pagar la supuesta “cuota” de 20 dolaritos para evitar ser revisada al viajar en cierto autobús de “turismo”. Ahora bien, para poder comentar algo o formar una opinión, creo se deben conocer todas las versiones existentes sobre un tema, de lo contario se cae en la simple y a veces muy dañina especulación. Lo que sí podemos afirmar es que todo lo que quepa en los puentes internacionales puede ingresar a nuestro país, siempre y cuando nos pongamos de acuerdo en cuánto va a ser el “moche”; hemos sido cómplices mudos de este delito por mucho tiempo. También podemos afirmar que si no se llega a un arreglo y por nuestras “pistolas” traemos mercancía considerada no permitida, o bien cuyo valor excede lo establecido por un reglamento, las “rattus norvegicus puentis internacionalis” se ponen furiosas y les da por portarse como patanes y casi querer desmantelar lo que tengan enfrente. Sin embargo, tras haber hecho enojar a varios individuos de esa especie, nunca he sido víctima de agresión alguna (verbal o física), quizá sea porque yo jamás los he agredido. ¿Será por eso?

Cabe mencionar también (y no digo que sea el caso que hoy comento) que hay mujeres que, abusando de su condición de “damas” (entre comillas, por que hay unas que cuando se “engorilan” desmerecen del término) se comportan de una manera tan agresiva, déspota, sarcástica, grosera y anexas; confiadas en que no habrá quien les ponga la mano encima, ignorando que la cantidad de patanes que caminan por la faz del planeta crece día a día en forma exponencial, y que les puede tocar uno de ellas, no librándose así de por lo menos un cachetadón de padrastro briago. Por lo anterior escribo y concluyo: Es una lástima que sigamos fomentando la corrupción; es una lástima que por estupideces la gente se siga agrediendo, y es saludable que cuando exista un problema se ponga una denuncia ante las autoridades correspondientes.

A vuelta de una semana, de nuevo es jueves, casi igual de malo como el anterior. Yo me refugiaré en alguna cantinucha para oír y decir sandeces. Ustedes hagan lo que se les pegue la gana, pero por favor cuídense y no agredan al prójimo, ¿Qué caso tiene?

Que tengan ustedes buen día y mejores noches.

jueves, agosto 02, 2007

la de los jueves 2 agosto 2007

Me contuve, me esperé, creo di tiempo suficiente para ver si el “líder” de la CTM nulamente capaz, y flamante diputado local Leocadio Hernández, tenia un chispazo de inteligencia o iluminación divina, y así, finalmente, actuaba a favor de resolver el conflicto laboral en Fujikura. En realidad sigo siendo un soñador empedernido, por eso nunca ocurrió que este títere procediera con sentido común. Al contrario, este pleito ya pasó a otras instancias y el inepto de Leocadio quedo exactamente como eso, como el mismo inepto de siempre. Lo que ahora me llama la atención es el hecho de que asuntos de tanta importancia, entre otros que también lo son, quedan en manos de un tipo como éste, que no puede llegar a un consenso en este asunto laboral, que no es capaz (por incapaz) de realizar una negociación en la que todos salgan ganando. No, por el contrario, el asunto ha llegado al punto en que todos perdemos. Incluso aquellos (la mayoría, casi todos) que no tenemos vela en el entierro, salimos perdiendo. Le sugiero a la “élite” política del rancho que ya dejen de adular a ese señor (que a duras penas sabe leer una declaración) y le apliquen la ley del hielo cuando lo vean. ¿Les resulta infantil mi sugerencia? Pues “infantil” más bien se manifiesta nuestra confianza al contar con tomadores de decisiones como él, por llamar a nuestra ceguera o negligencia de una forma amable, puesto que calificaciones como estúpida o insensata serían más propias para designar tan peligrosa confianza que tenemos. A menos que Leocadio ya haya invertido muy buena lana para asegurar su futuro político, difícil veo que llegue lejos. Por lo pronto (y para nuestra desgracia) seguirá siendo el “líder” de la CTM local y, en consecuencia lógica (su historial lo demuestra), seguirá entorpeciendo la llegada de nuevas empresas y provocando que las establecidas sigan buscando mejores lugares para establecerse (¿Qué, se va “Transformadores”?). Claro, hay otros factores que provocan la partida de empresas ya establecidas, pero que si hubiese un sindicato con mentalidad institucional, que se moviese en base a objetivos que impacten positivamente en sus agremiados, que tuviesen una visión a largo plazo en donde el eje central es Piedras Negras y su gente, sería más fácil llegar a acuerdos ganar-ganar. La cosa cambia si quien le toca negociar en nombre de los trabajadores es una persona escasamente preparada y con mentalidad de pollo corralero. Señor Hernández, su labor sería un poco más eficaz si a las reuniones de negociación de contratos de trabajo pudiese usted llegar mejor informado de la realidad de la empresa y después de haber hablado con los trabajadores que dicen que andaban diciendo que usted representa. Sería mejor para la empresa, para Piedras Negras, para México, si a cambio de los aumentos de salario (que con vetusta vehemencia se piden, en ocasiones sin ni siquiera conocer la realidad financiera del negocio) se ofrecieran alternativas inteligentes, grandes, atractivas, en rubros como reducciones de tiempos muertos, de desperdicio, incrementos en calidad y productividad. Pero algo me dice que esos son conceptos que le son tan ajenos que le resultan difíciles de entender.

Ahora bien, ante su insolvencia como negociador, ahora alega que alguien le esta tendiendo una trampa, que se trama en oscuros sótanos de la política y los negocios un “complot”, y que son sus “enemigos” quienes le están poniendo piedras en el camino; póngase a pensar que si, en lugar de haberse estado rascando el ombligo, se hubiese capacitado y realmente hubiese trabajado, en estos momentos no estaría buscando “moros con tranchetes” para justificar su falta de interés y de responsabilidad. Su responsabilidad es la de hacer valer y velar por lo derechos de sus agremiados, eso nos queda claro a todos menos a usted, pero ya no estamos en los tiempos de “Don Fidel” y por lo tanto usted ha perdido la oportunidad de haberse interesado en realizar su trabajo a cabalidad.

Expreso lo anterior por que estoy harto de ver cómo desaparecen fuentes de empleo. Estoy harto de ver a “líderes charros” y obsoletos como usted comprenderá en estos casos, escalar peldaños de “poder” con el fin único de engordar sus cuentas bancarias. Estoy harto de ver cómo, ante su falta de responsabilidad, escupen y nos recetan con embrollos inentendibles y mentirosos, culpando a quien se deje de sus fallas, sin tener el valor civil de confesarse un ser humano normal.

Poco o nada me trago yo el cuento de que estamos en los primeros lugares en imagen pública y seguridad; digo: ¿A quién le preguntaron? ¿Sólo a gente afiliada al PRI? ¿A la gente de la presidencia? ¿A lideresas y gente incondicional al presidente municipal? A mí y a muchos de mis lectores nadie nos entrevistó, ni se nos habló por teléfono. Ahí se los dejo, “honorables” miembros del cabildo e “ilustres” miembros del equipo del Licenciado Flores Garza. Hasta la fecha, y desde la administración de “Claudis”, los terrenos baldíos siguen llenos de maleza (excepto los que están a la vista de los que visitan nuestra ciudad) y a Don Conrado le recuerdo que existe un reglamento municipal que obliga a los propietarios de predios a que estos los mantengan limpios o en caso contrario, el municipio lo hará y el cobro se efectuará a la hora de pagar el predial; pero al parecer al mencionado señor le preocupa más cuestiones estéticas de la macroplaza y la plaza que dice administrar Fernandito Purón.

Hablando de seguridad pública, con mucha tristeza lo digo, no existe tal; por eso hay que invertir en seguridad privada, por eso cada vez que nuestros hijos salen a la calle nos preocupamos y pedimos a Dios lleguen bien y no se topen con gente peligrosa. Por eso desconfiamos hasta de los que se dicen protegernos, pues ya no sabemos a quien deben su lealtad. Y no hacemos ni haremos nada, porque el miedo supera a cualquier otra reacción ante el oprobio, nombrándome yo como el primer cobarde de la ciudad en este aspecto.

Por otro lado, dejando a un lado banalidades y preocupaciones humanas, quiero decirles una cosa a quienes puedan pensar que ando “medio místico” últimamente. Soy un místico permanente, pero del alcohol; lo que viví hace unos meses sigue vivo en mi alma como si fuera ayer y se alimenta con la paz que me da el visitar la Iglesia. Mi Fe no está supeditada a las actitudes y acciones de los hombres, pues ahora entiendo que los hombres somos imperfectos y ligados a un entorno terreno lleno de distracciones, incluyendo a los líderes de la Iglesia. Mi fe es inquebrantable y eso me salva en vida de padecer un vacío en el alma.

Se llegó el jueves y no tengo la menor idea de lo que voy a hacer, o a donde me voy a dirigir. No es un buen jueves, eso es todo, ya mejorará. Me despido deseando que tengan un buen día, ya nos saludaremos la próxima semana (espero).

Que tengan ustedes buen día y mejores noches.

PD. Gracias de nuevo a los hermanos Sánchez García por la invitación, la hospitalidad, las risas, la comida y los tragos; pero sobre todo gracias por su amistad.