jueves, marzo 15, 2007

la de los jueves 15 marzo 2007

El jueves pasado mientras me dedicaba a la “caza del león” acompañado de “Sir Drink a’Lot”, “Peludiño” y “El hobbit”, recibimos la sorpresiva y agradable visita de Javier Zacarías (http://www.pensandoenletras.blogspot.com/). Tras los clásicos ¿cómo has estado? y demás, Javier nos deleitó con recuerdos de su (y nuestro) Piedras Negras, aquel con olor a pan recién horneado y exquisito sabor a pueblo (que de ambos hoy ya nada queda). Nos habló de inmuebles y personas que antes eran íconos de la “Bourbon Street” nigropetense (mejor conocida como calle Zaragoza), así como de muchas otras cosas más. Mi querido Javier, a pesar de cualquier cosa que puedas decir en tu defensa, no me cabe la menor duda que tu eres y serás el candidato ideal para sustituir a Don Julio Santoscoy como cronista de nuestro pueblo (mucho mejor que un tipo de apellido extranjero, y otros más que la verdad no’más no), cuando el tiempo así lo demande. Don Julio, de ninguna manera deseo que usted ya tire la toalla y deje el lugar a otra persona, pero en mi óptica si creo conveniente que su conocimiento sea transmitido a quien pueda ocupar su lugar en un futuro; sería una gran desgracia para las futuras generaciones que su saber se pierda o altere con el tiempo.

Y hablando de Don Julio, Javier nos comentó que se está en pláticas para que el día 22 del mes en curso Don Julio se presente en el Club Deportivo Piedras Negras, en una velada entre amigos para deleitarnos con sus historias; historias nacidas en nuestra ciudad y protagonizadas por aquellos que nos precedieron. Por mi parte, Javier, ahí voy a estar y quien quite que podamos lograr convencer a Don Julio que nos permita publicar un libro con sus conocimientos, escrito en nuestros particulares estilos.

La plática con Javier me hizo entrever que mi querido amigo le está apostando al turismo como fuente de ingresos, sin embargo no me quedó muy claro lo que se pretende promocionar. Para empezar, nuestro rancho no tiene lugares que digamos, “¡Qué bruto, qué atractivos!”. Sí, claro, antes que nada y frente a todo, tenemos la calidez de nuestra gente, lo cual es muy valioso pero no atrae divisas. Tenemos la Plaza de las Culturas (que se muere lentamente bajo la deficiente administración de “Nandita” Purón). También tenemos La Misión de San Bernardo, o el deseo de poder rescatar y restaurar el Hotel del Ferrocarril; el antes atiborrado Mercado Zaragoza (sí, ahí en nuestra “Bourbon Street”); el Edificio de la Aduana y Correos (a pesar de ser edificaciones viejas y sin chiste) y la Iglesia de Guadalupe (no mencioné el “festival del nacho” ya que es una jalada). Sería genial que grupos de teatro experimental realizaran obras populares al aire libre en diferentes plazas públicas y mucho ayudaría un “mini Cervantino fronterizo” en el mes que más comezón nos de. Y, ¿porqué no?, dejar que músicos interpreten melodías clásicas en las tardes mientras la gente se “ejercita” (y liga y se mete unos “fajes” marca Satanás), y con esto posiblemente lograríamos dos propósitos: por un lado educar el oído del cardumen (altamente contaminado por la “música popular” y el nefasto “reggaeton”) y por el otro entretener a turistas “aventureros” (seguro que no todo el año, pero si en época de vacaciones). Muy bien se podría educar y capacitar a los antiguos y nuevos “inglich espoquen gais” (o sea, “gueyes” que saben inglés y conocen el rancho) en historias de lugares y hechos así como de la gente que las protagonizó. Podríamos también revivir los carros tirados por “jamelgos” para la bonita foto y el ameno paseo por las áreas “turísticas” (previa educación a los ruleteros, camioneros y cafres en general, si no qué reventadero de animales). Se me ocurre capacitar, enseñar inglés y dar empleo a gente de la tercera edad para que sepa dar referencias a los paisas “nohabloespaniol” y gringos visitantes. De igual manera la infame academia de “polecía” debería convertir los “policletos” en policía turística y obligarlos a cuidar la “línea” y hablar otra lengua (de esa me como un taco) que no sea la suya, como lo es ladrar y morder (¡Perros!). Digo, como plan todo suena a bebidas tropicales tirado en las playas de Cancún (o sea a toda progenitora), pero la realidad está a 20 cuadras del desfile, y es que para que esto suceda lo primero que tiene que ocurrir es que garanticemos al 5000 por ciento la seguridad de quienes nos visitan, y por desgracia esa no es tarea que le podamos encomendar al Señor Muzquiz y su banda de mariachis.

Con policías violadores (presuntos), extorsionadores (comprobado), corruptos (de seguro), guarros (verdaderos), ignorantes (faltaba más), faltos de criterio (kafkianos) y con panzas cerveceras (una verdadera autoridad inexistente), es muy difícil atraer el turismo. Con planes de restauración y habilitación de lugares e inmuebles, pero sin tomar en cuenta el cómo y quién y con qué ($) se les dará mantenimiento, la cosa se pone más difícil. ¿No sería mejor encargar la seguridad a los “Zetas”? Quizás a ellos son a los que debemos agradecer la “tranquilidad” que reina en el pueblo, pero como siempre, seguramente estoy equivocado.

No importa qué tan “limpio” esté nuestro pueblo. No importa qué tan amables y cálidos se diga que somos, mientras no podamos garantizar la seguridad de quienes aquí vivimos y de quienes nos visitan, podemos hacer todos los planes que sean, al final de cuentas terminarán en los archivos de nuestra memoria como la mejor idea que pudo haber sido y que nunca fue. Ahora bien, hay un valiente que trae ganas y quiere salir al ruedo; le gusta el traje de luces (aunque me da risa sólo imaginar cómo se vería en él), le gustan las tardes de sol, la arena bajo sus zapatillas y no le tiene miedo a los astados. Me refiero a mi buen amigo Héctor Gerardo Menchaca; de su trayectoria pueden tener una probadita si leen los comentarios en “la de los jueves” del primero de este mes. Héctor quiere tomar la muleta y hacer faena redonda, aún sabiendo que el burel es astifino, fuerte, bien presentado, con buena hechura y que tiende mucho a salirse del engaño. Este exitoso empresario le quiere entrar a ser presidente de la Cámara de Comercio local sabiendo que sería una labor compleja y desgastante, como quien dice, le esperaría un camino largo y culebrero. Pero el que espera la alternativa es tozudo, constante y auto-motivado; quiere liderar una organización que en los últimos años no ha servido más que para ser aparador, aunque reconozco que Marina Lozano hasta el último se puso las pilas. Héctor sabe que para que el comercio local progrese hay que atraer a quienes consuman y que para eso las “autoridades” deben de demostrar que lo son y no sólo ostentar el título. El Lic. Menchaca es consciente de que primero hay que limpiar la basura en casa y luego preocuparse por cómo luce la calle. Algunos de ustedes ya estarán pensando “¡Ya ponle casa, con “dish” y carro fronterizo a la puerta!”. ¿Y saben que? Me vale “Wilson” (aún no se cómo ese apellido puede significar tan poca cosa, pero en fin: “vox populi”). Conozco a Héctor desde hace mucho tiempo y estoy seguro de que, de lograr ser el líder de los comerciantes organizados de este rancho, hará un buen papel. Y si llegara a equivocarme con esta serie de aseveraciones tan contundentes, seré el primero en reconocerlo y el primero en escribir de sus desaciertos, pero por lo pronto, Héctor: tú échale ganas y que Dios reparta la suerte.

Es jueves y los leones me esperan, pero no me quiero retirar sin antes escribir algo para mis lectoras, a quienes por una clara descortesía no dediqué cosa alguna a sabiendas de que el día internacional de la fémina sería por estos días. Bueno, pues ahí les voy: “Rompe el mar en dos y sales tú, mujer, tan frágil como la arena o el coral, pero tan fuerte como la ola de ultramar; eres manantial inagotable de amor del que no siempre puedo beber y así saciar la sed infinita que me impulsa y en ocasiones me desquicia; cuando soy elegido para refrescarme en los besos de tu boca, y emprender el camino que baja por tu largo cuello, llego al valle suave de tus pechos y me maravillo con la sensualidad de tus suspiros y el trepidar de tus latidos; y aunque quisiera quedarme ahí para siempre, sigo el ancestral impulso que despiertas con tu piel y tus sentidos; tus sortilegios me llevan por la ruta descendente hasta perderme y fundirme contigo, y así soñamos juntos que estamos vivos”.

Gracias por ser quienes son, gracias por estar aquí, gracias por ser sueño y realidad a la vez; gracias simplemente por ser ustedes. Gracias por ser mujeres.

Que tengan ustedes buen día y mejores noches.

PD. Javier Zacarías para cronista de la ciudad (de nuevo dije ciudad, ¡me lleva!).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

OYE QUIEN ERES, DE VERDAD YA SE TE ESTA PASANDO EL TOQUE, COMO VAS A COMPARAR A DON JULIO SANTOSCOY CON JAVIER ZACARIAS, QUE TE PASA, SER CRONISTA ES DIFERENTE A UNA PERSONA QUE ESCRIBE SUS MALOS RECUERDOS DE SU VIDA Y SOBRE TODO SUS PENDEJADAS.

R.A. Castro dijo...

Estimado/a R.D.:

No acostumbro a contestar en el blog, asi que si eres tan amable y aun quieres discutir el punto, puedes escribirme a ladelosjueves@gmail.com
Y mi nombre es Armando Castro