Pues es jueves y aquí estamos de nuevo, yo espero que la semana pasada lo haya tratado bien y que todos anden de vacaciones tratando de aislarse de las “tragedias” habituales de la rutina propia y la vida nacional. Yo anduve en lo mío (dicen quienes no me conocen que trabajando, y los que sí, no se atreven a tanto), pero hoy parto a lugares donde la tierra se rodea de mar en tres puntos cardinales, los tragos saben a gloria, y lo mas importante, se tiene tiempo para disfrutar de la familia lejos de las presiones diarias.
Obviamente lo que les cuento difícilmente les importa, por lo que dejemos de lado lo mío junto con mi circunstancia y dediquemos unos minutos a buscarle tres pies al gato (El normal cuatro presenta, tres si le falta una sola, y cinco si quien las cuenta, toma por pata la cola).
Desde que tuve uso de razón escuché la frase “ustedes son el futuro de México”, “ustedes son el futuro grandioso de este país”. Puede que les suene raro, pero cuando tomé conciencia de lo que significaba la frase (me vino “cayendo el veinte” por allá de primero de secundaria) me sentí verdaderamente comprometido. Mi mejor manera de demostrar mi compromiso con mi país fue convertirme en un buen estudiante, y de seguir y respetar todos los lineamientos que mis maestros me enseñaban en la clase de “educación civil”, además de todo aquello que mis padres me enseñaron en casa.
Más tarde en la vida (unos 3 años después), caí en cuenta de que quienes me repetían que “nosotros los jóvenes éramos el futuro de México”, y tanto afán ponían en mi formación cívica, eran incongruentes con lo que trataban de transmitir, pues nosotros los jóvenes (de aquel tiempo) teníamos que seguir reglas y lineamientos, mientras nuestros mentores alimentaban la cultura de la tranza y la viveza. Sólo pocos, muy pocos, de aquellos que me enseñaron se salvan de lo anterior mencionado.
Hoy a mis 40 y tantos "tacos", me surge una pregunta urgente: ¿Qué he hecho por mi México? Mi generación y yo, aquellos que alguna vez fuimos el futuro de esta nación, ¿Qué hemos hecho por nuestro país? Y la respuesta es el silencio, el mismo silencio público que reina ante tanta impunidad e injusticia.
Yo no puedo hablar por ustedes, ni por los demás integrantes de mi generación (los cuarentones de hoy), yo hablo por mí, y en ese tenor les confieso que siento que no he hecho cosa alguna por México. Sí: formé una familia, he tenido la bella experiencia de crear fuentes de empleo, pero siento que no es suficiente. Veo mi alrededor y siento que mi aportación es mínima, insignificante, nula. Pero gracias a Dios mi tiempo aquí aun no acaba, seguiré esforzándome el tiempo restante para hacer algo por mi país, espero que cuando me toque partir pueda irme tranquilo conciente de que puse mi granito de arena.
Que tengan ustedes buen día y mejores noches.
3 comentarios:
Armando te esfuerzas mucho por escribir correcto que al final no escribes nada si sigues asi por lo menos yo me abstendre de destinar unos minutos a leerte es como un programa de eugenio derbez ya sabes lo que va a pasar saludos
¿Eugenio Derbez y escribir correcto tiene algún punto de intersección? Lamentablemente yo tampoco soy compatible mi hermano, que te vaya bonito.
Armando, en el libre albedrio de los seres humanos radica la riqueza individual, y en el amor a nuestros semejantes la riqueza espiritual, anexo liga para que el amigo que no entiende lo que escribes se cultive:
http://www.diccionarios.com/consultas.php
Ja ja ja, ojala sea rescatable... hermano, no claudiques que si alguien quiere leer trivialidades y "chambonadas" pues por diez pesos puede leer 1/2 kilo de .... lo mismo, en vez de hacer uso de recursos que tal vez ni son propios para seguir haciendo nada.
Recibe un saludo y un abrazo.
Publicar un comentario