jueves, diciembre 20, 2007

la de los jueves 20 diciembre 2007

Este animal que les escribe, homo sapiens a toda honra, no es de los que les guste socializar mucho (bueno, sí lo hago, pero más bien con el rezago, el bagazo, o lo más selecto de la manada, según sea su preferencia lingüística a la hora de jerarquizar o discriminar al respetable), pero este sábado pasado me vi partiendo plaza en el Casino Nacional del brazo de una de las mujeres más hermosas de nuestro Piedras Negras, y me atrevo a extender esta aseveración hacia los cuatro puntos cardinales hasta los confines del espacio y del tiempo, sin temor a estar pecando de exagerar el horizonte y verizonte. Bailé con ella, la abracé, la besé y todo esto frente a la mirada paciente de mi mujer. Y es que el sábado pasado “disfruté como enano” (frase ancestral que aún no logro explicarme todavía), bailando con mi hija mayor en su baile de presentación en sociedad, mejor conocido evento como “baile de debutantes” (el título suena muy “mamilas”, pero así le llaman, qué le vamos a hacer). Sin embargo, y a pesar de que mi hija gozó de su fiesta comunitaria, créanme que me auto-califico ignorante en esto del relajo del festejo de los quince años, pues a pesar de que tengo evidencia de haber pasado alguna vez por esa edad, y haber entonces probado las mieles de los usos y costumbres sobre la mágica época, ni entonces ni hoy le veo significado alguno. No encuentro raíces para tal celebración más que la mera tradición de lo indescifrable. Es más, “si me apuran tantito” (otra frase impenetrable), pareciera ser una fiesta de, por y para las mamás (por ahí un guey me gritó, “se dice mamaces, ¿pos no ves que son masdiuna?”); y es que las señoras, se me “afigura”, planean, organizan, complican y, finalmente, acuden a estos eventos, para volver a renacer en los cuerpos y las ilusiones de sus hijas, mirarse en un espejo cósmico que le permite ver perpetuado el rito mágico de lo importante a través de lo superficial. Bueno, el caso es que ya pasó, y que lo disfruté de tal forma que será inolvidable, característica que me favorece, sobre todo para prepararme en lo que se avecina con mi hija que le sigue en edad. En ese futuro momento espero estar a la altura de las circunstancias y ser capaz de no tropezarme con las mismas piedras, ya que Dios me dará la oportunidad de repetir la experiencia, ya me lo dijo, con mi otra hija, ¿quiubo?.

Esta semana hay gran movilización de cuerpos de seguridad por acá en el rancho, ¿El motivo? ¿La captura de un mafioso? ¿Un desastre natural? (bueno casi, pero no; y que la lengua se te haga chicharrón y el kullo carnitas, fracaso de escritor con tus “ideotas” en pleno lucimiento) ¿La aparición de niño Fidencio? Pues no, mis chiquillas y chiquillos, todo el relajito se debe simple y ordinariamente a que se nos casa el gober bailarín, que es tan “querido y popular” en estas tierras, e incluso más allá de las “Cahuilas”, razón por la cual hubo que “blindar” a nuestro pacífico y tranquilo ranchote. Algún despistado me dijo que el blindaje respondió al tamaño de los ilustres e importantes personajes que asistiran a este humilde y parco evento (y así debe ser, para ser congruente con el “gobierno de la gente”). Nada tiene que ver con que se vaya a utilizar un antiguo convento en Guerrero para uno de los eventos y mucho menos que la recepción sea en el Casino Nacional (nuestro club “chic”, “caché”, “fresa”). En lugar de las ruinas de la Misión de San Bernardo, bien se pudieron haber utilizado los campos de fut allá en las vegas del río, y la recepción pudo haber sido en el salón de la CTM, digo ¿No?... Para estar acorde con eso de “la gente” que somos todos y al parecer no somos ninguno. Pero ni la burla perdono, discúlpenme mis estimadísimos lectores. La verdad es que cada quien es libre de hacer lo que le venga en gana el día de su boda. Lo reconozco, a veces me paso. Sin embargo una pregunta flota en el ambiente (para mi estimado presidente del Casino Nacional, Fernando): ¿Quién va a pagar por las innecesarias, pero eso sí, bonitas remodelaciones al club? ¿Las paga Moreira de su bolsa? O hasta eso, ¿Las vamos a pagar nosotros? ¿Ya te llegó la lana del tan prometido crédito del Estado? Siendo este último un crédito ¿Lo vamos a tener que pagar nosotros los socios? El caso es que el virrey ya tiene nueva virreina, y muy próximamente habrá un heredero al virreinato. ¡Larga vida al virrey!

Pero nada de lo anterior es más importante que la celebración del nacimiento de ese humilde Hombre que nació en un pesebre y que es tan importante y especial que partió el tiempo en dos. Un Hombre lleno de amor que nos dijo “Amaos los unos a los otros como yo os he amado”, enseñanza que hemos tirado sin contemplaciones. Pero este Hombre, quien se entregó por nosotros y para nosotros, sólo pide algo muy sencillo y a la vez bastante difícil: cada año renacer en nuestros corazones. Este hombre es nuestro hermano, padre, amigo, confidente y guía; él es Jesús. A ti, mi Señor, te doy las gracias por haberme permitido disfrutar de mis hijas y esposa un año más, por habernos dado salud y trabajo, por protegernos bajo tu manto de seguridad y alegría; por entrar en nuestros corazones (que a veces son duros) y por no dejarnos solos jamás.

Que en estas fechas tan significativas, sus hogares se llenen de paz y bendiciones, y que estas perduren a lo largo del próximo 2008. Me despido de ustedes, y espero que nos leamos el próximo año por allá del 4 de enero; los dejo con este grito de alegría de un “compa” con escasos conocimientos del idioma de “Chaquespiere”, pero con mucho sentimiento y enjundia “Merri yir and japi nuu crismas”; Dios nos bendice.

Que tengan ustedes buen día y mejores noches, felices fiestas.

2 comentarios:

Onésimo Flores dijo...

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Anónimo dijo...

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