la de los jueves 14 septiembre 2006

Como recordaran, hace un par de semanas pedí me ayudaran a encontrar temas a tratar en esta su pagina “la de los jueves” (y digo su pagina, porque hay una delgada línea roja entre si es suya o mía), así que por sugerencia de uno de ustedes tratare de reflejar mi humilde opinión sobre que tiene de bueno Piedras Negras.
Para los que me leen y viven aquí, sabrán que es mas fácil criticar las carencias y necesidades que el ver lo positivo del asunto; para quienes vienen de pasadita (“raza” que solo pasa pa’ir a los “Yunaites”) pues les resultara mas fácil la comparativa fugaz de su terruño con este pueblo bicicletero. Pero aquellos que vivieron por años aquí y el día de hoy viven lejos (sin albur) son quienes, en mi punto de vista muy personal, pueden dar una opinión positiva del “rancho”; quizás guiados por la morriña y carente rutina local. De todas maneras ahí les voy y háganse a un lado porque de salpicar, pues todavía salpico.
Piedras Negras por accidente natural tiene la ventaja de estar en frontera con los “primos del norte” lo cual tiene un tanto de “bendición” y un mucho de maldita cercanía (pero hoy solo trataremos de ser positivos si el Merlot, el hombrecillo de la tambora y mis hoy dos neuronas sanas me lo permiten; amen). A pesar de estar plagados de narcotraficantes y “paisas” que aspiran a cruzar el río bravo es una ciudad tranquila (¡Ay güey, ya le dije ciudad!, y nota aparte, tranquila en comparaciones con otras ciudades, ¿Qué no?); este pedazo de México con mucho trabajo, aun conserva la inocencia de pueblo, es un lugar donde todavía puedes paladear ese sabor de “familia” y sentimiento de pertenencia (lo cual explicare líneas abajo).
En mi tierra tenemos recursos naturales que pueden facilitar su desarrollo, además de tener espacios para que se establezca industria y mano de obra hambrienta de oportunidades.
Tenemos escuelas dignas y en algunos casos de casi primer nivel, centros comerciales bien abastecidos y transporte publico de sobra (de los precios hablaremos después). Aquí en mi Piedras Negras puedes encontrar buenos lugares donde comer, beber y dormir (no en conjunto, y es que no se como este el Hotel del Barrokas); tenemos acceso por tierra y aire, y un gobierno local que aunque aun plagado de compadrazgos y otros vicios, se esfuerza por demostrar que “trabaja”.
Existen un par de plazas grandotas (y muy caras) donde se puede ir a pasear con la familia sin que se les falte al respeto, y como todo pueblo en México contamos con nuestra plaza principal, con su respectiva iglesia. Además tenemos la “bendición” de tener un obispo con lo que eso conlleva.
Hay buenas salas de cine que proyectan buenas películas (lo sentimos, no se pasan cintas de los Almada), un auditorio multiusos, un gimnasio municipal, un anfiteatro (el de la “macro”) y un teatro. Unos cuantos “clubes exclusivos” y un campo de golf al otro lado del “charco”. Y saben que aquí mejor le paro, por que me siento guía de turistas de tercera clase (y eso si alcanzo clasificación), si quieren saber mas solo busquen Piedras Negras Coahuila en Internet y podrán saber mas de este mi rancho; y si alguien piensa se me escapo algo, por favor no sean... y siéntanse libres de añadir lo que me falto en el área de comentarios.
Ahora bien, yo soy muy “corrientito”, vulgar, borrachín, ignorante; por lo que me es mas fácil hablar de otras cosas. Además de lo mencionado con anterioridad, existen antros donde sacarle brillo al piso, gastar la suela y dejar las tapas de los zapatos; con música para todos los gustos y gente de todos sabores. Depósitos donde comprar “chupe” hay por todos lados, ¡Bueno con decirles que hasta se pueden utilizar para dar referencias de direcciones! (esto, ¿Es bueno o malo?), conseguir alcohol en Piedras Negras (no del que se unta, del otro) es fácil aun en “ley seca”.
Y que me dicen de la leña de mezquite, ninguna carne asada sabe igual si no es en brasa de mezquite, y aquí basta con salir a carretera para levantarla gratis (a carretera o en brechas) o bien la puedes conseguir en cualquier lugar donde se expende cerveza ya sea en forma original o como carbón.
Tenemos nuestra respectiva “zona roja” (“zumbo”, “bule”, “disney”, “el norte”, “la perdición”), ahora ya pavimentada y con menos “chicas” gordas que antes(según me dicen, ¡OH carajo! hace rato que no voy). Aquí hago una nota especial para las damas que hasta hoy me leen (después de esta nota a lo mejor me borran de sus contactos), la raza va al mencionado sitio no “por vicio ni por fornicio”, en muchos casos es para llevar a gringos “jariosos” y en los menos para ver el clásico “tubo tubo”. (¿Salió bien?, porque ni yo me la creí)
Pero lo que le da el toque especial a mi pueblo, lo que realmente vale la pena de Piedras Negras y lo que la hace única; es su gente. Mi gente a pesar de su manera golpeada al hablar (bueno a veces parece que gritamos, pero así hablamos), es amistosa y siempre lista para tender la mano al que necesita ayuda; no hicieron medio desconfiados las hordas que llegaron cuando MICARE y la termoeléctrica se instalaron aquí, pero aun así seguimos siendo gente amigable y abierta (en el buen sentido de la palabra).
Lo mejor de Piedras Negras son los que aman esta tierra, y que a pesar de todo aquí se han establecido para criar a sus hijos; son los que se esfuerzan para llevar a mi pueblo a un mejor nivel y que luchan diariamente para que esto suceda. El Ingeniero Jesús de la Fuente me escribo “El Misterio de lo bonito de Piedras Negras, seria como tratar de explicar en una forma científica los dogmas de Fe”, y aunque la frase me gusto mucho yo le hago una breve modificación; El misterio de lo bonito de Piedras Negras, radica en conocer la nobleza de su gente.

Que tengan ustedes buen día y mejores noches.