jueves, marzo 16, 2006

la de los jueves 16 marzo 2006

Don Espiridion Uñafuerte es un viejo lobo de mar nacido en tierra caliente, compadre de Don Zandalio Cruz por esas simpáticas vueltas que da la vida. Al igual que Zandalio, Espiridion añora “los buenos viejos tiempos” pero nunca dejo de adaptarse a la realidad que hoy le toca vivir; sin embargo le es imposible contener sus comentarios, comparaciones y añoranzas, cuando ataca con calma un buen ron de caña.
Conocí a Don Espiridion en un viaje que hice con Zandalio a tierras Sinaloenses, específicamente al puerto de Mazatlán. Fue ahí que una noche bajo el abrigo de una hermosa luna en una palapa en la playa y con el arrullo de un mar en calma, se destaparon cervezas, ron y vino tinto; para brindar por el reencuentro de dos amigos y dar paso a los recuerdos. Siendo yo el joven aprendiz, solo los contemplaba guardando silencio y escuchando las divertidas anécdotas de estos dos venerables ancianos. Lo que a continuación escribo, es algo de muchas cosas que se hablaron aquella hermosa noche.
“Compadre Cruz, no se si recuerde usted aquel tiempo en que vivimos en la capital, como nos divertimos verdad de Dios; claro que en aquel entonces usted tenia dinero hasta para regalar y a mi no me iba tan mal vendiendo mis pescaditos. Se acuerda compadre de aquellas dos chamacas Lourdes y Conchita, que sábados aquellos; pon atención chamaco por que esto no lo podrás vivir mas que en nuestros cuentos.
Los sábados por lo regular empezábamos por ir a comer a “La Escondida”, nos deberías de haber visto muchacho, mi compadre y yo con unos trajes cortados a la medida, sombreros de fieltro fino y zapatos bien boleados. De ahí por lo regular salíamos a eso de las 5 de la tarde para irnos por la chamacotas y mas tarde irnos al “Zanzusi”; no’mbre ahí pura estrella de verdad, no como los títeres de ahora. Nos toco ver a Pedro Infante, Agustín Lara, Toña la negra, ¡Caray! creo que vimos y escuchamos todos los grandes de la época de oro.
Nuestros vicios no eran los de hoy, seguro que había cocaína y morfina y no se que otros tantos “chismes” mas; pero no eran tan evidentes como ahora. Nosotros nos limitábamos a lo que ves aquí sobre esta mesa, alcohol y tabaco, así fuimos y así seguiremos hasta que nos “siembren” ¿Qué no, compadre?
Los hombres éramos caballerosos, les abríamos las puertas a las chamacas y a las señoras; vaya, había mucho mas respeto. Hoy todo eso se ha ido perdiendo poco a poco, el mundo se nos va a la mierda tan rápido, y parece que no nos importara”.
La verdad en el momento pensé que Don Uñafuerte exageraba, si las cosas se han relajado mas; Si, nuestros jóvenes manejan mucho mas información que nosotros y no se diga que sus abuelos; pero no al punto de decir que esto se nos va a la mierda.
Que lastima que en lo personal (creo también la sociedad entera) siempre algo triste y lamentable nos haga abrir los ojos y parar las orejas.
Ya saben lo que sucedió en Monterrey, no existe justificación alguna para los hechos, y olvidándonos de las culpas habremos de tener mucho cuidado en donde, con quien, que hacen y como se comportan nuestros hijos. Quizás nos concentramos tanto en buscar los medios para que ellos tengan una vida mejor, olvidando que ellos necesitan de nosotros; no tanto como padres, mas bien como amigos.
Y les comento lo anterior, pues por desgracia lo de Monterrey no es un caso aislado, la violencia contra la mujer sucede en todo el mundo y a cada segundo; y por desgracia esta violencia muchas veces se extiende hacia seres humanos que poco tiene que ver con el problema.
¿Qué esta pasando con la cordura? ¿Qué le paso a la tolerancia?
Es muy triste ver como los medios siguen siendo parte carnicería, pues no cabe duda que la carne y sangre venden; claro que no es culpa de ellos, si los que aumentamos la audiencia y compra de diarios somos nosotros cuando la noticia es morbosa y tiñe de rojo el papel.
Que si el mundo se esta yendo al caño, creo que Don Espiridion Uñafuerte tenia razón, solo que difiero en su perspectiva. La marcha hacia abajo es lenta, pero alarmantemente constante.
Todavía hay tiempo para corregir el rumbo, pero nos queda muy poco.


Que tengan ustedes buen día y mejores noches