jueves, enero 05, 2006

la de los jueves 5 enero 2006

Murió el 2005 y con el se llevo risas, sufrimientos, así como algunos planes e ilusiones. Pero entra un 2006 aun extraño y poco familiar (¿Que no?, ahí después me dicen cuantas veces anotaron una fecha con el año pasado); iniciamos el año con nuevo Presidente y cabildo (algunos no tan nuevos, por desgracia), aparte de esto no hay mucho que decir.
De lo que si puedo hablar es de cómo en esta parte de nuestro México, hemos dejado a un lado nuestras tradiciones y adoptado la de nuestros vecinos los construye bardas. Cuentan los abuelos que en su época (“mas antes” pa’l que no entienda) la fiesta en la que celebramos el nacimiento de mi amigo y hermano, empezaba con la misa de gallo donde posteriormente la familia (léase todo el clan) se retiraba a la casa donde se iba a hacer la fiesta, donde se servia el tradicional “ponche” (hoy el único “ponche” que vemos es el refresco cuyo sabor así nombran) y para el “pipirin” se podía paladear Guajolote (Pavo, “Gaina Grande”; pa’que me entiendan los “primos” del norte); sin olvidar el bacalao y aquello llamado revoltijo que no es mas que mole con romeritos, nopales y tortas de camarón. Y que me dicen de la ensalada de Noche Buena con betabel, la colación blanca, los buñuelos, las torrejas y otros muchos platillos que servían para complementar la noche.
Y que decir de los regalos, en aquellos tiempos era muy común que los niños ofrecieran los presentes al Niño Dios y estos aparecían en el nacimiento o bien bajo el árbol de navidad. Se dice que hasta principios del siglo 20 los dueños de las haciendas solían dar a sus trabajadores una moneda de oro (o plata), precisamente el 24 de diciembre para que estos disfrutaran con su familia de una buena cena de navidad. A este regalo se le llamaba “dar el aguinaldo”.
En la actualidad las cosas son muy diferentes, ahora empezamos a “entonar” el día 24 desde temprano (un “compa” por ahí diría después de las 12 de mediodía ya es juego legal), las bebidas que dominan el ambiente navideño son el “whiskey” y vinos importados (pa’ los pudientes); y cerveza o licores nacionales (pa’los no tan pudientes). El tequila lo dejamos para todos, por que ahí depende de la calidad y marca del “veneno”.
Se ‘marranea” como si fuera nuestra ultima cena y a eso de las 12 las mujeres, niños y alguno que otro pelao que esta sobrio; se van a misa de gallo con la esperanza que la iglesia que esta cerquita de la casa este oficiando la misa mas importante del año (esta ultima es una apreciación personal). Pues si no se esta oficiando misa a lo mejor y tienes la fortuna que afuera este el sacerdote dando la bendición y bañando a todos con agua.
Los regalos pasaron de ser las simples canastitas de papel llenas de colación y otros dulces, para convertirse en regalos de todos precios y tamaños (bendita mercadotecnia); regalos que mas que satisfacer a los pequeñines (y ya no tanto), parece que fueran un monumento a nuestro orgullo.
Volviendo a la comida hoy en día cenamos pavo pero preparado muy a la americana, en la mesa encontramos pastas y muchas otras cosas que de mexicano, o mejor dicho de tradicional, no tienen nada. Es mas en la mayoría de los hogares mexicanos se junta un dinerito para poder hacer una carne asada o bien piernas y muslos de pollo.
¿Donde quedaron nuestras tradiciones? ¿En que momento se perdió todo aquello? ¿Cómo es posible que para muchos la navidad sea la llegada de un viejo “albibarbado” vestido en un ridículo traje rojo; en lugar de celebrar el nacimiento del Hijo de Dios?
Todo va quedando enterrado entre las arenas del tiempo y la ignorancia; todo se ha ido cubriendo con la misma tierra que ahora abriga los cuerpos de nuestros viejos.
Pero aun se puede recuperar algo, ¿Qué no?


Que tengan ustedes un buen año, buen día y mejores noches.

1 comentario:

Patricia 333 dijo...
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