jueves, mayo 12, 2005

la de los jueves mayo 12 2005

Cuando a mis 40 otoños pensaba que lo más apestoso de este planeta eran las flatulencias de cruda y carne asada de cierto “finísimo pelao” que tengo el placer de conocer, lo sucedido la semana pasada vino a corregir esa falsa creencia.
Y es que al destaparse la cloaca de las amenazas telefónicas de secuestro, el hedor del miedo y de la incapacidad de nuestras autoridades apesto aun mas el “tranquilo” ambiente de nuestro “que bonito” rancho. Era predecible el hecho que después de estos sucesos las autoridades, todas (acuérdense que hay que figurar siendo año electoral), comenzaron a “berrear” sobre las acciones que inmediatamente se tomaron para tratar de frenar este tipo de amenazas, dando muestra de nuevo de su total incapacidad para prevenir y ser proactivos en garantizar la seguridad por la que ustedes y yo pagamos por medio del pago de impuestos (que son muchos y nada muy costosos).
Y es que el gran problema estriba en que las autoridades y muchos de nosotros vivimos con la falsa idea de “eso sucede en las ciudades grandes, aquí no pasa”; acaso no es lógico pensar que si la delincuencia va en aumento (por las causas que ustedes quieran), tarde que temprano ciertos sucesos pueden presentarse en nuestra ciudad. Y si a esto le sumamos la poca o nula capacidad, educación, capacitación, experiencia, honradez y honestidad de nuestras autoridades; mas la total falta de confianza que les tenemos, pues ya podemos ir paladeando un coctelito bastante amargo y sin aceituna. ¿Qué no?
Por otro lado hay que reconocer que la lucha contra la delincuencia no es trabajo fácil (menos aun cuando te pagan con “frijolitos”) y se los dice este pobre intento de escritor cuyo cuerpecito esta repleto de sangre “azul chota”, no será acaso que mas allá de cubrir las deficiencias de las que hablamos, de proporcionar mejores herramientas de trabajo a los “polecias”, de mejorar sus salarios y prestaciones, de actualizar las leyes; es tiempo de utilizar medios métodos poco ortodoxos para combatir este terrible mal. Digo, al fuego se le combate con fuego, por lo menos eso lanzaría el mensaje a la escoria de que en Piedras Negras la población civil y las autoridades no están dispuestas a negociar con ellos.
Aunque sabemos que la causa raíz del excremento delictivo son la falta de educación, la desintegración familiar y la miseria en la que vive la mayor parte de la población, es necesario que alguien tome medidas de contención pero a la voz de ya; por que la solución a los tres puntos anteriores va pa’largo.
De nuevo y siendo solo una voz entre muchas, sugeriría que las cámaras de comercio de ambos lados del charco propiciaran seminarios conjuntos para “chotas” anglos y aztecas con el fin de intercambiar experiencias. De esta manera por lo menos los “maderos” mexicanos podrían tratar (si su limitado intelecto los deja) de entender lo que son técnicas preventivas serias y no las estupideces que las autoridades locales llaman “métodos de prevención”; y no estoy hablando de los “jefes” de las corporaciones (esos cabritos cambian con cada trienio o sexenio gubernamental), hablo de los que están en la calle a diario bien sea trabajando o peyendose los talones.
Por otro lado ya va siendo hora que nosotros formemos comités de vigilancia en nuestras colonias y con esto no me refiero a andar haciendo rondines ni mucho menos, me refiero a tener contacto constante con nuestros vecinos y lograr un “circulo” de confianza donde por lo menos nos cuidemos las espaldas unos a otros; que por lo menos si alguien ve algo sospechoso no tema en agarrar el teléfono y marcar al 066.
Por lo pronto y aunque cierta señora declarara “no hay nada de que preocuparse, las llamadas son hechas desde el Edo. De México”, empecemos nosotros a hacer algo y recemos por que estas amenazas no se materialicen en algo mas serio.
Por el día de hoy dejo descansar el teclado, es jueves y aunque no iba a probar alcohol por algunos días (días que parecen lustros), hoy me veo obligado a ir al club pues mis hijas quieren hacer uso de la alberca con lo que me veo forzado (de “manita de puerco” y toda la cosa) a convivir de nuevo con los borrachines habituales y conociendo mi frágil fuerza de voluntad, lo mas seguro es que termine “asoleándome” o bien entrándole al vodka como cualquier cosaco en tiempos del Zar. Nos vemos la próxima semana.

Que tengan ustedes buen día y mejores noches.

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