jueves, junio 05, 2008

la de los jueves 5 junio 2008

Amables lectoras y lectores, antes de empezar a desahogarme en letras permítanme pedir un disculpa y agradecer a Moisés Lechler por invitarme a colaborar (por medio de esta columna) en el periódico El Día, invitación que acepté hace un par de semanas; Señor Lechler ¡Muchas Gracias!

Como han podido constatar, soy un poco “duro de cabeza” y la mayoría de las veces me cuesta trabajo entender la cosas; este es el caso del mentado “gobierno de la gente” del “profe” Moreira. Pues tras una ardua investigación y sesudas deducciones, por fin entendí el significado de tan socorrido “slogan”, por fin entiendo que significa gobierno de la gente.

De acuerdo a información publicada por la cámara de diputados, Coahuila es el segundo Estado que más gasta en el pago de la nómina a funcionarios públicos (claro que en Coahuila el buen decir sería en pago a cortesanos), sólo superado por Michoacán. Y es que de los “aprox” 21 billones de pesos del presupuesto, el virrey Humberto destina 9 poco despreciables billones al pago de nómina, de los cuales 96 mil pesos mensuales van a la bolsa de don Beto (dicen). Estamos hablando que del presupuesto se va a nómina un nada despreciable 43 por ciento (no, pos’si, la corte sale cara), y de los 9 billones, el 83 por ciento, o sea algo así como 8 billones se van directito a las huestes de los maestros, que por casualidad “desas” que tiene la vida (no piense mal “mijito” porque sólo son preocupaciones gratis) el “hermanito” Carlos Moreira Valdés fue líder de la Sección 5 del SNTE y es el actual secretario general de la sección 38; ¡Ah que “trinches” coincidencias! ¿Qué No?

Ahora bien, de todos es conocido el favoritismo que tiene el virrey por los bastantes mediocres maestros que tenemos en nuestro Estado (no se ofendan los buenos maestros, los resultados hablan por sí solos), mismo que se ve reflejado en los mega festejos que cada año les organiza nuestro populachero “Beto el bailador”. Tan sólo este año se estima que estos concurridos y “bonitos güateques” nos costaron (sí, de tu lana y la mía, lectora y lector amigo) alrededor de 21 millones de pesos, que para los resultados que este gremio ofrece lo gastado es una reverenda mentada de madre. Si acaso una cena con barbacoa, bolillos y salsa es lo que muchos de estos “maistros” se merecen. ¿21 millones? ¡No la frieguen! Y no les lleguen a los maestros con que los van a evaluar y que esta evaluación va a servir para filtrar los buenos de los malos, porque inexplicablemente siempre están en desacuerdo en esta medida de sentido común para beneficio de México y sus futuras generaciones. Agachones deben ser aquellos que no pueden o no quieren implementar un sistema tan necesario.

Claro, esto de los aquelarres, además de ayudar a “levantar” su imagen y la de su hermanito frente al gremio, supongo que llena de felicidad a la hermana de “chuky”, a la novia de “frankistein”, la reencarnación de Fidel Velazquez, así es, amigas y amigos, me refiero al burdo remedo de maestra Elba Ester Gordillo, figura central del poder mexicano, hágame usted el chinche favor; basta haber mencionado este tema para saber que tendré pesadillas. Obviamente de todo esto hacen una tremenda alharaca los muy parciales medios “del pueblo” que están en la nómina de los favorecidos por Moreira: hablan de lo “grande” que es “el gober”, festejando a los “teachers”; como ese tipo Agundiz (amarillista por excelencia, excepto con lo del penoso accidente de su hijo, el cual lamento) que elogió “la bondad” del virrey para con los mencionados mentores de nuestros niños (y no se le olvide también que con las madrecitas el gober ha sido bondadoso, con ellas, que son lo más sagrado que tiene este pueblo de agachones); bueno señor Agundiz, ¿usted cree que aún nos chupamos el dedo?

Por lo anterior es muy claro que definitivamente Coahuila es el “gobierno de la gente”, si, de la gente de Moreira; de los que se reparten los billones de pesos, de los que se pagan con lealtades, esos son la buena gente. Y no me vayan a salir con esa romántica idea de que mucho de ese dinero que se gasta en burócratas improductivos, “cochupos” y embarraditas de mano podrían servir para comprar transporte, mejorar la calidad de los establecimientos educativos u otras cosas que de momento se le escapan a mi muy alcoholizada mente (y dañado hígado). Pero basta de Moreira o se avinagra el Merlot.

Ya que estamos en esto de la educación, me desvío un poquito del tema para hablar del transporte privado que existe en la ciudad para llevar a pequeños de educación básica y pre-primaria a sus centros del saber. Como quizás ustedes se enteraron, hace ya varias semanas hubo un accidente de tránsito (de los que sí se saben) donde se vio involucrada una “combi” que se dedica a lo antes mencionado. Debido a que estas unidades en lugar de asientos coquetamente están equipadas con unos burdos bancos de madera, y son retacadas hasta que no cabe otro infante, pues los involucrados en el percance saltaron como palomitas al momento del golpe. Alguien por ahí dijo que se iba a hacer un “nosequé” al respecto, que se les iba a dar un plazo de “nosecuánto” a los dueños de estas trampas infantiles y el “bla bla bla” habitual. ¿Y que ha pasado? Pues oiga “usté”, que nada de nada. El viernes de la semana pasada me tocó ir detrás de una de estas porquerías que, como de costumbre, iba retacada de infantes, y pude observar que la unidad no tenía placa trasera, pero eso sí, portaba con mucho orgullo y una letra pésima la siguiente nota “Vielma 8787889224”. Si algún funcionario relacionado con este asunto lee esto (que sé que sí) pueden identificar el vehículo por una calcomanía del campeonísimo Club de Futbol Guadalajara (¡Arriba mis Chivas!) en el vidrio trasero de la unidad, lado derecho, parte superior, y para más señas, ese día el ser que la manejaba portaba la camiseta del chiverío. Pensé en aventarle un plátano al operador de la nave, ustedes saben, como un mero ejercicio de simbolismo, pero la verdad me dio miedo que se distrajera con lo del banano y se trepara a un poste, con su respectivo abandono de unidad y muchachos averiados. Menos mal que me abstuve de hacerlo. Es increíble que los encargados de este rubro jamás notaran irregularidades en el transporte escolar, y que el “accidente” sea lo que los ponga a trabajar; me enferma decirlo, pero después de muerto el niño vienen a tratar de tapar el triste pozo.

Un jueves más y otra botella de vodka (o muchas botellas de cerveza), espero que por fin terminado el mes de mayo, ya contemos con la presencia regular de “La Osa” (se te extraña) y la del “Peludino”. A los hermanos Sánchez también me gustaría verlos como regulares, porque es un placer compartir la velada con ellos. Pepe, gracias por acompañarnos el jueves pasado, ojalá la ocasión se repita de manera indefinida y regular. A los que no le fallan, pues ahí nos vemos en el mismo lugar, a eso de las 7 de la tarde y hasta que el cuerpo aguante, o como dicen un poco más al sur, hasta que ruede la calavera.

Soy Armando Castro y desde este rincón regido por el “gobierno de la corte”, les deseo un feliz jueves y una mejor semana.

Que tengan ustedes buen día y mejores noches.

PD. Socorro y José Luis ahí van las cosas caminando, el cálido abrazo de Dios Padre los rodea; muy pronto este amargo caminar se convertirá en una anécdota (me apropio de las palabras de Avelino) y ejemplo para aquellos que decidieron fundir dos almas en una. Una fuerte abrazo a ambos.

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