jueves, febrero 21, 2008

la de los jueves 21 febrero 2008

De una cosa ya no me queda duda, cuando el Licenciado Jesús Mario Flores Garza (nuestro presidente municipal) recibe directamente una demanda ciudadana, esta es atendida inmediatamente y en el caso que en lo personal me toca atestiguar, se le dio buen término en muy poco tiempo (una semana para ser exactos). Lo malo es que estas demandas tengan que llegar al Licenciado para que sean atendidas, lo que desgraciadamente me lleva a pensar, ¿Entonces a qué dedican su tiempo los miembros de su equipo? ¿Por qué Chuy Mario tiene que desgastarse tanto?

Pero hoy no es mi intención escribir sobre los funcionarios públicos locales, así que antes de cambiar de tema, quiero felicitar de nuevo a todos los funcionarios que estuvieron involucrados en conseguir se pusiera una librería en la Plaza de las Culturas y de nuevo felicitar a Fernando Purón por la promoción que hace de la misma. Amigas y amigos hay que leer, hay que fomentar la lectura en nuestro círculo de conocidos (y mas allá), leer poco a poco nos ayudará a retirar el maldito manto de ignorancia que nos cubre.

La semana pasada me sentí un poco deprimido (con lo que me importan tus depresiones parodia inocente de escritor, dirán ustedes, pero aguántenme, les quiero platicar algo) así que me lancé a la plaza principal para que me dieran una boleada, ustedes saben, esa delectación en vías de extinción que no cura la “depre”, pero hace lucir tus “cacles” de “less mother”. Terminada la labor del desaliñado bolero me encontré caminando hacia la calle Zaragoza, y algo dentro de mí iba con la esperanza de encontrar remanentes de aquella época cándida de mi Piedras Negras querido (gmi Piedras Negras querido nunca te puedo olvidar, mi Piedras Negras querido nunca te puedo olvidar…h). Caminaba con la esperanza de sentir los sabores y olores de un pasado reciente, pero que a la vez se antoja ya lejano. Algo queda, es cierto, pero con la misma certeza afirmo que más se ha perdido de lo que se ha conservado; en la calle aún quedan restos de ese olor a tabaco, aserrín y alcohol que despiden generosamente las cantinas que se van multiplicando una tras otra; aún queda parte de aquel olor que nos obsequiaban las cocinas que todavía operan en el Mercado Zaragoza, pero que ahora compiten con los múltiples olores de la proliferación, del crecimiento, del cambio dinámico. Pero no encuentro el espíritu y el sabor que tenía mi pueblo de cuando era niño. Ya no te encuentras aquellos guías de turistas que paseaban a los “güeros” por la ciudad, tal vez porque son pocos los que nos visitan por estos días que no sean “paisanos”, esos gringos que ostentan una linda y representativa planta cactácea en la frente, mismos que no necesitan guías. Mucho caminé ese día, mucho medité sobre el exquisito sabor a pueblo que hemos perdido sin remedio. Mucho me lamenté que ahora nos tengamos que conformar con esos olores, sabores y colores artificiales que, banales y mentirosos, alimentan los sentidos de nuestras nuevas generaciones.

Regresé por mis propios pasos, de prisa, con la esperanza de encontrar “algo”. Pero no, es evidente que mi pueblo paga el precio de ser ciudad. Y así estaba yo con ese tipo de pensamientos cuando surgió una luz en la forma de una idea, idea que desde hace tiempo vienen trabajando un grupo de personas encabezadas por Ramón Carrillo García. La idea es rescatar el Hotel del Ferrocarril y convertirlo en el museo de nuestra ciudad. Qué mejor idea que rescatar y transmitir a las nuevas generaciones las delicias que ya no vivirán pero que fueron el cimiento de lo que hoy los hace hijos de esta tierra. Creo es tiempo de llevar esto a la gente, a las masas, a la mayoría, y por lo tanto es tiempo de dejar de ser pasivos y convertirnos en miembros activos de esta noble causa: además del correo electrónico en el que se pide añadirse a una lista, hablaremos con los medios locales, compraremos unos cuadernotes de raya sencilla y convocaremos a un evento de firmas en la plaza que más les guste (estarán de acuerdo que no todo Piedritas tiene Internet). Tras la recolección de firmas, que se formará una comitiva (apolítica) para llevar la iniciativa al mismísimo Felipón (previa cita) y al mero “chipocludo” de Ferrocarriles (convocado por “Jelipe”, si el efecto dominó funciona como lo estamos planeando). Con todo gusto me he apuntado para este mitote, pues de verdad me interesa rescatar a historia de mi querido pueblo y transmitirla a las futuras generaciones.

Mis amigas y amigos, es jueves, me voy donde va mi norte, que es norte de perseguido… si me quieren encontrar estaré en el mismo lugar de todos los jueves, gozando de la compañía de mis hermanos en alcohol (y más) y de las atentas atenciones de los buenos de Juan y Ramón. Pásenla bien y espero nos leamos el próximo jueves.

Que tengan ustedes buen día y mejores noches.

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