jueves, julio 19, 2007

la de los jueves 19 julio 2007

Yo también sé besar y en momentos jugarme la boca (!Gracias Sabina!); y es que el juego previo no se compara con la culminación del acto: lo supera. ¿Se atreve alguien a negarlo? Cada quien es el mejor juez de lo que a cada uno le gusta, eso no tiene vuelta de hoja. He tenido frente a mis labios un par igual siempre del sexo opuesto, mucho más suaves que los míos; pero en otras ocasiones mis labios aventureros (superficiales), como lo fueron, se han rozado con labios estropeados, marchitos, heridos, y mis labios, honrados, han reconfortado. Amigos, amigas: yo sé besar, y lo digo, sabiendo que me juego la boca.

Y ya que le entramos a esto, más lo pienso y más me acuerdo. De que fui joven, lo fui, eso, claro, no se puede dudar. Bailaba, como todos, pero para mí era un suave delirio (¡Que ricas eran las “lentas”!, hablo de la música), el roce, la inocencia ya no tan inocente, sentir el aliento de otra persona tan cerca como nunca, el temblor de las piernas y el estómago fuera de su lugar. Entonces un día, sin tiempo de prepararme, supe lo que era un beso. Despacio, pausado, palmo a palmo (¿así, o más lento?), supe lo que era agonizar por la boca. Con el tiempo eso se hizo natural, deseable, repetible. Nunca rutina. Y cada vez más quería, y querer era poder, y poder me acomodaba. Soñaba. Y soñar eran labios, y mi boca indomable daba rienda suelta, en ocasiones soñando, y en otras no tanto.

Y quedé prendado en besos, y mi boca jugaba, y a veces no. Mis labios ya no se limitaban, no sólo con labios, pues cuerpos ahora completos eran visitados por este par que más y más aventuraban, arriesgaban, osaban. Tierna miel, fría hiel, microcosmos y caos a la vez. Todo, todo pasó por ellos. El lugar nunca fue problema. Cines, parques, callejones, el asiento trasero de un auto, o algún barato hotel. Y bebí de bocas el elixir de otras, pero en cada beso no dado, unos labios empecé a comparar, a recordar, a sólo desear.

Un buen día, queridos amigos, amigas, mis desgastados labios con todo yo detrás, se detuvieron, sin aviso, como suele ser, y se concentraron, se enfocaron, y en ese trance, finalmente, maduraron. Lo aprendido nadie te lo quita (dicen que lo paseado y lo bailado tampoco) y fue un privilegio verter lo reunido con los años en sólo un cuerpo, con sus labios bien puestos bien al frente de toda ella, y los juegos se calmaron, florecieron, fructificaron.

¿Y qué fue de cada conquista, cada “logro”, cada sueño de ayer? No lo sé. Lo que si sé es que jugando la boca alguna vez yo besé, y que hoy, enamorado, encontré y me encontraron, y ya no recuerdo si con mis labios jugué (¿eh?).

Que tengan ustedes buen día y mejores noches.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Los tres tristes lectores reconocemos que como la edad, cada vez más la lectura se vuelve madura, con sentido, con mensaje, felicidades Armando llegar mas allá, es trascender.....
El Catalan

Anónimo dijo...

Pero como diria un amigo si quieres trasender te tienes que especializar asi que sugiero que habras otro blog para expresar diferentes temas son gratis saludos por que si no puede que al variar tu tema tanto puede dejar de interesarnos o dejemos de opinar saludos armando