jueves, agosto 27, 2009

la de los jueves 27 agosto 2009

Es muy probable que en mi afán de utilizar lenguaje correcto, caiga en la obviedad. Es también probable que por esta razón pueda tornarme aburrido y pierda su interés. Bueno pues la verdad lo siento mucho, aquel que quiera leer sobre sangre, chismes y otras tarugadas amarillistas, siempre puede gastar unos 10 pesos y comprar el periódico local que se les pegue en gana y hartarse de lo antes mencionado. Por esta razón y como en ocasiones anteriores no voy a escribir de nada de lo que sucede en mi entorno (y en el suyo) y optare por escribir algo que me viene rompiendo el corazón desde hace tiempo, y que por la razón que ustedes quieran no había querido externar, sin embargo creo que es tiempo de dejar salir este sentimiento y que estas personas muy especiales para mi se enteren de lo que me provocan.

Las ame a las dos desde el primer momento que las vi, poco importo verlas llenas de grasa y sangre; para mi fue la vista mas hermosas del mundo y ni que decir de su primer llanto, jamás compositor alguno pudo imaginar melodía mas hermosa, pues el llanto primero es el sonido mas puro de vida que existe, es una pequeña y frágil voz gritándole al mundo, ¡Aquí estoy! Y a unos expectativos padres ¡Hola, mírame, soy tu hija!

Las ame desde antes de nacer y tras tenerlas en mis brazos imposible no seguirlo haciendo, que mejor regalo se le podría pedir a Dios que el milagro de un hijo, en mi caso dos hermosos milagros convertidos en hijas.

Desde entonces todo empezó a girar en torno a ustedes, a tratar con muchos esfuerzos de proporcionarles lo mejor, o por lo menos darles una mejor vida de la que nosotros tuvimos. Y sin esperar absolutamente nada, ustedes nos pagan con una moneda difícil de cotizar por que en mi óptica no tiene precio y es imposible tazar su valor; ustedes nos regalaban una sonrisa (¡Como disfruto verlas sonreír!). Quizá ustedes lo ignoren, pero su sonrisa no es solo un gesto amable resultado de una serie de movimientos musculares, para mi, su sonrisa es la luz mas pura; es la mejor medicina para el corazón, un remanso de la mas pura agua, al mismísimo Velásquez le hubiese sido difícil plasmar en un lienzo tanta belleza. Así es su sonrisa para mi, hermosas princesas.

Poco a poco han ido creciendo, esas carreritas de su cuarto al mío para brincar ruidosamente sobre la cama y abrazarme, darme besos y soltar risas; quedaron atrás y cambiaron por ruidos de tacones en el pasillo, las amistades, las llamadas telefónicas y sesiones en los “chats”. No saben cuanto me gustaría poder haber detenido su crecimiento y conservarlas por mucho tiempo en la niñez, por que mucho extraño hoy todo el tiempo que pasaban conmigo; por que hoy quisiera que ese tiempo fuera eterno. No saben lo que me gusta abrazarlas y lo mucho que me cuesta dejarlas ir de mis brazos. No tienen idea de lo mucho que valen para mi sus besos, y del gran espacio que hay en mi corazón para guardarlos, aun tiene capacidad para guardar muchos mas. Se que es la vida, se que tarde que temprano (y siempre será muy rápido), soltaran amarras y partirán, y aunque se que los retornos al puerto serán frecuentes y constantes; un día encontraran otros mares (y pido a Dios sean aguas de paz y ternura) y poco a poco, en este puerto donde se les ama de una manera mas allá de la comprensión, se les empezara a extrañar pues sus regresos serán menos frecuentes.

Que rápido pasa el tiempo y que poco lo aprovechamos, ayer apenas estaban ingresando al jardín de niños, y hoy están a punto de marchar de casa; un par de bellezas estan floreciendo, mientras me marchito sosteniéndome únicamente con la satisfacción que me provoca el verlas vivas, sanas y llenas de alegría.

Estoy seguro que ustedes han observado una noche de luna llena, ¿Han visto que hermosa se ve esta en el oscuro cielo? Pues jamás la luna se vería tan hermosa si no existiera el sol, pues ella solo refleja la luz de este ultimo; así somos nosotros sus padres, seriamos un satélite oscuro y sin vida, si nos faltara su luz y su calor.

No se que mas decirles hijas, las amo como solo puede amar este corazón que es suyo, y las seguiré amando siempre.


Una disculpa a mis lectores, ciertos eventos abren el dique de mi alma.


Que tengan ustedes buen día y mejores noches.


PD. Verónica y Juan Carlos, los hechos no se pueden cambiar; pero Dios no dejara sola a una familia como la suya, tengamos Fe en El y todo saldrá bien. Están en nuestra oraciones. Un abrazo amigos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Solo un padre que ama como tu a tus hijas puede expresarse como tu lo has echo

Padre de dos hijas dijo...

Hermano, al igual que tú soy padre de dos bellas hijas. Quisiera poder decirles cuanto las amo tan claramente como lo has expresado.

Mis hijas aún son menores, pero en tu experiencia (o al menos lo que puedo percibir de ella) veo mi futuro.

Un saludo.