jueves, junio 19, 2008

la de los jueves 19 junio 2008

Como Náufragos
Por: Ing. José Luis Segovia G.

Somos como náufragos
porque nos aferramos con las uñas
a lo que nos mantiene vivos
al pedazo de tierra
al noble trabajo
a los seres queridos
al camino que se abre y se pierde
nuestro propio camino.

Somos como náufragos
porque en realidad, ¿quién sabe hacia dónde vamos?
cuando menos se espera
la tempestad nos arroja y nos convertimos
en una gota más dentro del torbellino
pero también a veces inesperadamente
la tormenta desaparece
y no más lejos de lo que puede la vista
la costa aparece como anhelado destino.

Sí, somos como náufragos
pero a diferencia de los náufragos de película
estamos rodeados de otros náufragos
e inclusive nos podemos saludar unos a otros
en los grandes y asombrosos mares de gente
en donde a veces podemos ofrecer nuestra tabla
a quien flota a la deriva
pero también con frecuencia observamos
a quien se hunde y se ahoga.


Monterrey, N.L.
24 de Febrero de 1989

jueves, junio 12, 2008

la de los jueves 12 junio 2008

Esta semana le di más de una vuelta a lo que iba a escribir y siempre terminaba con el mismo resultado: nada. Obviamente la principal causa de esto es mi escasez de neuronas y los ataques de delirium tremens que ya me tienen hasta el copete (el cual no tengo, por lo que ya se pueden imaginar la incongruencia existencial que flota sobre este asunto, que por cierto, ya no aguanto); no es fácil escribir cuando se tiene la mente en blanco y un elefante rosa con motitas “fiucha” sentado a tu lado contándote chistes de humor ensortijado, al puro estilo del gran Polo Polo. Sin embargo, dentro de la profunda desesperación por alcanzar la primer idea, la neblina fue cediendo poco a poco, la vorágine que me nublaba amainó, y nació en mí, floreció, un capullito de pensamiento que aproveché inmediatamente y lo puse al servicio de mi intención por escribir: quiero agradecer a Chuy Mario por la felicitación que me hizo llegar a través de Hector Sergio Barboza, con motivo del día de la libertad de expresión. Señor Presidente Municipal, muchas gracias a nombre de mi editor el Ingeniero José Luis Segovia y de un servidor.

Una vez superado el difícil parto de la primogénita idea de esta ocasión, ya no me pueden parar tan fácilmente. Fíjense que el martes de esta semana, mientras esperaba que la luz del semáforo cambiara a verde (había que adivinar, porque el cristal de color estaba ausente, pero mis sesudas reflexiones me llevaron a concluir que, como los occidentales leemos de izquierda a derecha, la lógica de los semáforos debe ser así de occidental, primero la izquierda y luego la derecha y… ¿confundido? Igual que yo en ese momento), y frente a mí, casi “volándose” el alto que “se intuía” en el bendito semáforo, dio vuelta la “combi” escolar a la que hice referencia la semana pasada, ¿recuerdan? ¡¡La mismísima combi!! Qué pequeño es el mundo y, por lo tanto, qué microscópico resulta ser el rancho. Otra vez, de nuevo, “heguén”, quien la piloteaba portaba las mismas gafas oscuras, pero ahora sin la camiseta del Guadalajara (¡Arriba mis chivas, con un…!) y la unidad se veía recién pintadota de color amarillo “puntoderreferencia”. Eso sí, la cantidad de infantes columpiándose al ritmo que los amortiguadores se los permitía, y los malditos asientos tipo trampa mortal estilo Rambo, no habían cambiado. Quiero pensar que lo de la pintura fue lo único que los encargados de regular el transporte “identificaron” como vital para el buen funcionamiento de la unidad en cuestión (“vistan bien a sus operadores y “delen” una garrita de tigre a las unidades”… claro que sí, mi señor “autoridá”, nomás diga de a cómo va a ser el “moche” y le pintamos la “unidá” como nos lo mande “usté”, no faltaba más…).

Sigo siendo creyente de que a los operadores de toda unidad de servicio público (taxis, camiones urbanos, camiones escolares, y los que se me olviden) deben ser sometidos a rigurosos exámenes periódicos de manejo, vista, aptitudes para operar las unidades que se les asigna y, por supuesto, antidoping. Y si quieren cumplir con la farsa anual del revisado “ecológico y mecánico”, que lo hagan, pues agachones sí somos. Y hablando de la mentada revisión, hace poco se publicó que hasta la fecha han cumplido ya 3 mil unidades con este ejercicio malsano de fiscalización “ad ovum”, de un parque vehicular de 46 mil (datos del 2007). Se me ocurre algo: cumplamos con el revisado el día que nos quiten el ridículo impuesto de la “tenencia” ¿Les parece bien? ¡Ya basta de que nos carguen con tanta tarugada! Como si en verdad se destinara el dinerito que se capta para el bienestar del respetable… O como si no hubiera otras fuentes de contaminación más urgentes de atender y controlar, como las emisiones al aire y al agua de las maquiladoras, o la explotación de carbón a cielo abierto. De eso, mejor ni hablar. Pero a la clase media, a esa sí crucifíquela, exprímanla, empálenla, acorrálenla… estúpidos, algo de historia deberían aprender para ubicar mejor la magnitud de su error: quítenle a la clase media porque quitarle a la clase encumbrada está “harto cabrón”, además de bien poblada por los mismos políticos que hacen las estúpidas leyes. Ora sí ya me enojé.

Pasando a otro tema, aunque manteniendo el nivel de cólera que voy desarrollando, debemos reconocer que, en una gran mayoría, las buenas costumbres para manejar nuestro automóvil nos valen una reverenda fregada, además de lo poco considerados que somos con los demás automovilistas, y no se mencione con los peatones o ciclistas, seres inferiores destinados a convertirse en estadística de nota roja. Ya vemos por todos lados al “vivo” que toma el carril exclusivo para dar vuelta (porque el de ir de frente esta “llenito”), y en la primera oportunidad se trata de cambiar al carril para seguir de frente, pero si no se le presenta dicha oportunidad, pues entorpece a los que quieren virar (¡aguébo!). Están también los “ases del volante”, que al ver un semáforo en rojo, toman la lateral para “dizque” dar vuelta, sólo para volver a ingresar de nuevo a la vía por la que circulaban, evitando así la luz roja ¡Qué bárbaros, qué pericia! Sin embargo hay una incivil atenuante que me gustaría mencionar: debido a lo ridículo de nuestras soluciones de flujo vehicular en las principales ciudades y ranchos de México, lo poco planeadas, corruptas, improvisadas y estúpidas decisiones que se han tomado al respecto en el pasado, y se siguen tomando, muchos de nosotros nos tenemos que volver inciviles sujetos que no respetamos nada para poder cumplir con oportunidad los compromisos, es por esta razón que los “vivos” y los “ases del volante” proliferan con más frecuencia de lo que a todos nos gustaría. La verdad es que todos somos unos “ases del volante” y “vivos” en potencia.

También existen, en otros casos, el bisoño, adormilado o simplemente tarado conductor, que con una parsimonia digna de un caracol sin prisa, circula por en medio de una vía de dos carriles importándole un pepino los bocinazos, mentadas y señas que generosamente le brindan aquellos suertudos que logran rebasarlos. Y un caso aparte lo conforman las autoridades y funcionarios del municipio. A muchos de nosotros nos ha tocado ver patrullas que encienden torretas y sirenas sólo para volarse un alto. No les basta con ser verdaderas nulidades para conducir, todavía se “lucen” nuestros “eficientes” policías. Anécdota: el día lunes 9 de este mes a las 7:18 de la tarde me encontraba como buen “hijo de vecino” que soy en el cruce de San Luis con H. Colegio Militar, esperando que el semáforo cambiara a verde, cuando frente a mí, al otro lado de la avenida, observé cómo una camioneta Dodge de Fomento Deportivo del Municipio (número económico FD-03) evitó la fila de vehículos rebasando olímpicamente por el lado derecho. Pensé yo: “bueno, este tipo dará vuelta a la derecha, y aún así la está regando pues el espacio es muy reducido”, y en efecto, el espacio era tan reducido que el tipo se trepó sobre la banqueta, justamente a un costado de la tintorería que ahí se encuentra. El caso es que el funcionario no viró a la derecha, no, se siguió de frente, el muy “vivo”. Simplemente no quiso esperar su turno de pasar como todos los demás. ¿Cuál era su prisa? Me imagino que el señor iba tarde a un evento que tuvo lugar en la cancha de fútbol en la macro plaza; ¿No le da vergüenza al “chafirete” de la unidad FD-03? Lo peor del caso es que, unos cuantos vehículos detrás, venía en su camioneta particular el profesor Javier Salinas (secretario de la presidencia) que, o bien no se dio cuenta, o se hizo como que la virgen le mandaba un mensaje por celular. ¡Excelente ejemplo, señores funcionarios!

¡Ah! Pero que no sea uno del cardumen el que hace ese tipo de chistecitos, porque “ipso facto” (“hechos la madre”) los “guardianes” de la ley y el orden nos marcan el alto (“oríllese a la orilla mi buen”), y tras “regañarnos” nos levantan una infracción bien merecida; y que no se les diga nada por que se ofenden y hasta faltas a la autoridad te enjaretan. Lectora y lector amigo, seamos más sensatos cuando manejemos nuestro automóvil. Entendamos que no estamos solos en las vías; hay que ser más considerados con los demás. Pon tu direccional a tiempo; respeta los carriles; si vas a un compromiso, hazlo con tiempo para que no manejes como el de la FD-03; los espejos son “pa’ver pa’trás”: úsalos; usa el cinturón de seguridad y haz que todos lo usen dentro de la unidad; no hables por celular cuando manejes; no lleves niños en la parte delantera del carro; deja pasar las ambulancias; deja pasar a quien aparente más prisa, puede ser que se trate de un doctor o alguien con verdadera urgencia; ten en cuenta que los niños tarde que temprano se te van a atravesar; permite a los peatones que pasen primero en los lugares donde corresponde; y finalmente, pero mucho muy importante: si toman, no manejen. Señores autoridades y funcionarios, sean ejemplo y no hagan tarugadas, que nada les cuesta.

Otra semana, otro jueves; si quieren encontrarme, ya saben donde estaré, y si les da mucha flojera escriban su comentario o mándenme un “y meil” a ladelosjueves@gmail.com. Soy Armando Castro y les deseo un excelente fin de semana.

Que tengan ustedes buen día y mejores noches.

PD. Socorro y José Luis, ¡Ánimo! que cuando se tiene Fe se tiene esperanza; que cuando se cree en Dios siempre caminamos de su mano.

jueves, junio 05, 2008

la de los jueves 5 junio 2008

Amables lectoras y lectores, antes de empezar a desahogarme en letras permítanme pedir un disculpa y agradecer a Moisés Lechler por invitarme a colaborar (por medio de esta columna) en el periódico El Día, invitación que acepté hace un par de semanas; Señor Lechler ¡Muchas Gracias!

Como han podido constatar, soy un poco “duro de cabeza” y la mayoría de las veces me cuesta trabajo entender la cosas; este es el caso del mentado “gobierno de la gente” del “profe” Moreira. Pues tras una ardua investigación y sesudas deducciones, por fin entendí el significado de tan socorrido “slogan”, por fin entiendo que significa gobierno de la gente.

De acuerdo a información publicada por la cámara de diputados, Coahuila es el segundo Estado que más gasta en el pago de la nómina a funcionarios públicos (claro que en Coahuila el buen decir sería en pago a cortesanos), sólo superado por Michoacán. Y es que de los “aprox” 21 billones de pesos del presupuesto, el virrey Humberto destina 9 poco despreciables billones al pago de nómina, de los cuales 96 mil pesos mensuales van a la bolsa de don Beto (dicen). Estamos hablando que del presupuesto se va a nómina un nada despreciable 43 por ciento (no, pos’si, la corte sale cara), y de los 9 billones, el 83 por ciento, o sea algo así como 8 billones se van directito a las huestes de los maestros, que por casualidad “desas” que tiene la vida (no piense mal “mijito” porque sólo son preocupaciones gratis) el “hermanito” Carlos Moreira Valdés fue líder de la Sección 5 del SNTE y es el actual secretario general de la sección 38; ¡Ah que “trinches” coincidencias! ¿Qué No?

Ahora bien, de todos es conocido el favoritismo que tiene el virrey por los bastantes mediocres maestros que tenemos en nuestro Estado (no se ofendan los buenos maestros, los resultados hablan por sí solos), mismo que se ve reflejado en los mega festejos que cada año les organiza nuestro populachero “Beto el bailador”. Tan sólo este año se estima que estos concurridos y “bonitos güateques” nos costaron (sí, de tu lana y la mía, lectora y lector amigo) alrededor de 21 millones de pesos, que para los resultados que este gremio ofrece lo gastado es una reverenda mentada de madre. Si acaso una cena con barbacoa, bolillos y salsa es lo que muchos de estos “maistros” se merecen. ¿21 millones? ¡No la frieguen! Y no les lleguen a los maestros con que los van a evaluar y que esta evaluación va a servir para filtrar los buenos de los malos, porque inexplicablemente siempre están en desacuerdo en esta medida de sentido común para beneficio de México y sus futuras generaciones. Agachones deben ser aquellos que no pueden o no quieren implementar un sistema tan necesario.

Claro, esto de los aquelarres, además de ayudar a “levantar” su imagen y la de su hermanito frente al gremio, supongo que llena de felicidad a la hermana de “chuky”, a la novia de “frankistein”, la reencarnación de Fidel Velazquez, así es, amigas y amigos, me refiero al burdo remedo de maestra Elba Ester Gordillo, figura central del poder mexicano, hágame usted el chinche favor; basta haber mencionado este tema para saber que tendré pesadillas. Obviamente de todo esto hacen una tremenda alharaca los muy parciales medios “del pueblo” que están en la nómina de los favorecidos por Moreira: hablan de lo “grande” que es “el gober”, festejando a los “teachers”; como ese tipo Agundiz (amarillista por excelencia, excepto con lo del penoso accidente de su hijo, el cual lamento) que elogió “la bondad” del virrey para con los mencionados mentores de nuestros niños (y no se le olvide también que con las madrecitas el gober ha sido bondadoso, con ellas, que son lo más sagrado que tiene este pueblo de agachones); bueno señor Agundiz, ¿usted cree que aún nos chupamos el dedo?

Por lo anterior es muy claro que definitivamente Coahuila es el “gobierno de la gente”, si, de la gente de Moreira; de los que se reparten los billones de pesos, de los que se pagan con lealtades, esos son la buena gente. Y no me vayan a salir con esa romántica idea de que mucho de ese dinero que se gasta en burócratas improductivos, “cochupos” y embarraditas de mano podrían servir para comprar transporte, mejorar la calidad de los establecimientos educativos u otras cosas que de momento se le escapan a mi muy alcoholizada mente (y dañado hígado). Pero basta de Moreira o se avinagra el Merlot.

Ya que estamos en esto de la educación, me desvío un poquito del tema para hablar del transporte privado que existe en la ciudad para llevar a pequeños de educación básica y pre-primaria a sus centros del saber. Como quizás ustedes se enteraron, hace ya varias semanas hubo un accidente de tránsito (de los que sí se saben) donde se vio involucrada una “combi” que se dedica a lo antes mencionado. Debido a que estas unidades en lugar de asientos coquetamente están equipadas con unos burdos bancos de madera, y son retacadas hasta que no cabe otro infante, pues los involucrados en el percance saltaron como palomitas al momento del golpe. Alguien por ahí dijo que se iba a hacer un “nosequé” al respecto, que se les iba a dar un plazo de “nosecuánto” a los dueños de estas trampas infantiles y el “bla bla bla” habitual. ¿Y que ha pasado? Pues oiga “usté”, que nada de nada. El viernes de la semana pasada me tocó ir detrás de una de estas porquerías que, como de costumbre, iba retacada de infantes, y pude observar que la unidad no tenía placa trasera, pero eso sí, portaba con mucho orgullo y una letra pésima la siguiente nota “Vielma 8787889224”. Si algún funcionario relacionado con este asunto lee esto (que sé que sí) pueden identificar el vehículo por una calcomanía del campeonísimo Club de Futbol Guadalajara (¡Arriba mis Chivas!) en el vidrio trasero de la unidad, lado derecho, parte superior, y para más señas, ese día el ser que la manejaba portaba la camiseta del chiverío. Pensé en aventarle un plátano al operador de la nave, ustedes saben, como un mero ejercicio de simbolismo, pero la verdad me dio miedo que se distrajera con lo del banano y se trepara a un poste, con su respectivo abandono de unidad y muchachos averiados. Menos mal que me abstuve de hacerlo. Es increíble que los encargados de este rubro jamás notaran irregularidades en el transporte escolar, y que el “accidente” sea lo que los ponga a trabajar; me enferma decirlo, pero después de muerto el niño vienen a tratar de tapar el triste pozo.

Un jueves más y otra botella de vodka (o muchas botellas de cerveza), espero que por fin terminado el mes de mayo, ya contemos con la presencia regular de “La Osa” (se te extraña) y la del “Peludino”. A los hermanos Sánchez también me gustaría verlos como regulares, porque es un placer compartir la velada con ellos. Pepe, gracias por acompañarnos el jueves pasado, ojalá la ocasión se repita de manera indefinida y regular. A los que no le fallan, pues ahí nos vemos en el mismo lugar, a eso de las 7 de la tarde y hasta que el cuerpo aguante, o como dicen un poco más al sur, hasta que ruede la calavera.

Soy Armando Castro y desde este rincón regido por el “gobierno de la corte”, les deseo un feliz jueves y una mejor semana.

Que tengan ustedes buen día y mejores noches.

PD. Socorro y José Luis ahí van las cosas caminando, el cálido abrazo de Dios Padre los rodea; muy pronto este amargo caminar se convertirá en una anécdota (me apropio de las palabras de Avelino) y ejemplo para aquellos que decidieron fundir dos almas en una. Una fuerte abrazo a ambos.