jueves, febrero 28, 2008

la de los jueves 28 febrero 2008

“Andábame” yo paseando por las fronteras del norte, ¡Ay, qué cosas tan hermosas! (es un decir). Y se me ocurrió entrar a la página de la www de la presidencia municipal de nuestra ciudad, ya saben ustedes, con la curiosidad que caracteriza a su servidor, para ver si encontraba algo referente a las funciones de los regidores, y lo que hallé fue lo siguiente: “La labor de los Regidores y Síndicos no se limita solamente a asistir a las Sesiones de Cabildo para ser testigos o partícipes de la aprobación a modificaciones de reglamentos y acuerdos de la administración municipal, sino que va mas allá, pues cada uno de ellos colabora en distintas comisiones, encargadas de coadyuvar en la misión de construir el Piedras Negras que todos queremos. (Aparte) Ante tal compromiso con la comunidad, buscan con su tarea cambiar la imagen que se tenía de dicha figura, por lo tanto han dejado los escritorios para sumarse a la dinámica de la actual administración en todas y cada una de las acciones que se tienen para que Piedras Negras sea más moderno, atractivo, limpio, ordenado, con más seguridad para nuestras familias y oportunidades de crecimiento. (Aparte) Cada uno de los integrantes del Cabildo revisa los reglamentos inherentes a su comisión para poner las adecuaciones necesarias para hacer de Piedras Negras la ciudad moderna que todos queremos.”

Si lo anterior es cierto, me gustaría saber qué labor de “campo” están realizando los regidores y síndicos en nuestra ciudad. Y ya entrados en el asunto, hay algo que llama mi atención. Verán ustedes, en los últimos días las noticias que hemos leído los residentes del ranchote han incluido casos sobre ataques de perros a personas, en uno de los cuales el desenlace fue fatal, ya que encontró la muerte una menor de un año y meses tan sólo. Ahora bien, leyendo en la misma página de internet de la presidencia, averiguo que el presidente de la comisión de prevención social es nuestro monocromático décimo cuarto regidor, doctor Loth Tipa Mota (sí, suena igual, pero nada que ver). Al doctor Tipa Mota le pregunto: ¿Qué usted no sale de su cubículo, o de su casa, como para darse cuenta de que la cantidad de canes es peligrosamente abundante en nuestras calles? ¿Qué acaso no capta que está bajo su “esfera de atención” la revisión del centro antirrábico, de las causas y consecuencias relacionadas con este delicado asunto social? No he escuchado las respuestas del doctor, pues apenas he lanzado el dardo afilado del cuestionamiento, pero me atrevo a pensar que el doctor se lavará las manos y desviará la atención sobre su magro actuar en este asunto hacia otro lado, cosa demasiado común entre los que dicen ser políticos. Claro que estoy dispuesto a tragarme con pinole mis palabras si resulta que el doctor Tipa es de distinta madera, pero se me hace “ojona pa’paloma” y siento (en verdad lo siento) que los dioses de las probabilidades y la estadística están de mi lado. Se sabe que en estas fechas a los políticos se les acentúa su “afanosidad” con la proximidad de las elecciones para diputados locales, donde se sabe, fíjate “no’más”, que el mismísimo Tipa anda buscando ese hueso dentro de su partido (que es el mismo que el de “Jelipe”, por cierto). La cuestión es que si a nuestro décimo cuarto regidor se le ha “tupido” con los chuchos, ¿será posible que pueda tener un desempeño decoroso en un puesto como el de diputado local, en caso de “renacer” dentro de su partido? Es posible que algunos de ustedes me contesten: “si alguien como Leocadio pudo, pues este también”. Por desgracia esta es la realidad de la política charra, modosamente mexicana, que nos ponen como candidatos a este y cualquier tipo de personas, y lo peor del caso, que se escapa a mi capacidad de entendimiento, es que todavía votamos por ellos, y para agravar algo que aparentemente no tiene agravantes: muchos ni siquiera votan (¡Ah, pero para armar mitotes, para andarse lamentando, o andársela mentando, que para el caso es lo mismo, se pintan solitos!).

Pero creo que me desvié un poquito del tema con el ejemplo del señor Tipa, que no es caso único. Prosigo: ha de ser como sacarse la lotería recibir un sueldo de 28,350 pesos mensuales (bajita la mano) por “checar tarjeta” y, si bien nos va, si no amanecen muy maltratados, calentar un rato la silla. Digo: la mayoría, por mucho menos, tenemos que jodernos por lo menos 8 horas diarias, en condiciones menos que favorables, ¿Por qué hemos de pagarle a alguien tanto dinero para sólo recibir un violín pintado, y en el mejor de los casos, un poco de atole de su ineficiente dedo? En estas próximas elecciones debemos ser muy cuidadosos en elegir a nuestros representantes, no nos vaya a pasar de nuevo lo que con Leocadio, y se elija a un supuesto representante del pueblo cuyo único interés es hacer contactos políticos para asegurarse seguir comiendo del presupuesto que entre todos juntamos. Triste realidad que nosotros, como pueblo agachón y apático, sigamos permitiendo que esto suceda.

Finalmente es jueves, así que dejemos descansar el teclado y las escasas neuronas, salgamos al lugar de siempre y disfrutemos de un rico y confortante trago. Robándole la frase al Maestro Dehesa: “Yo soy Armando Castro, ustedes son quien son”; nos leemos la próxima semana.

Que tengan ustedes buen día y mejores noches.

PD. De nuevo, como cada fin de febrero, mi agradecimiento a los hermanos Sánchez García por la invitación a una estupenda velada con inmejorable compañía, comida, bebida y alegrías. De verdad muchísimas gracias.

jueves, febrero 21, 2008

la de los jueves 21 febrero 2008

De una cosa ya no me queda duda, cuando el Licenciado Jesús Mario Flores Garza (nuestro presidente municipal) recibe directamente una demanda ciudadana, esta es atendida inmediatamente y en el caso que en lo personal me toca atestiguar, se le dio buen término en muy poco tiempo (una semana para ser exactos). Lo malo es que estas demandas tengan que llegar al Licenciado para que sean atendidas, lo que desgraciadamente me lleva a pensar, ¿Entonces a qué dedican su tiempo los miembros de su equipo? ¿Por qué Chuy Mario tiene que desgastarse tanto?

Pero hoy no es mi intención escribir sobre los funcionarios públicos locales, así que antes de cambiar de tema, quiero felicitar de nuevo a todos los funcionarios que estuvieron involucrados en conseguir se pusiera una librería en la Plaza de las Culturas y de nuevo felicitar a Fernando Purón por la promoción que hace de la misma. Amigas y amigos hay que leer, hay que fomentar la lectura en nuestro círculo de conocidos (y mas allá), leer poco a poco nos ayudará a retirar el maldito manto de ignorancia que nos cubre.

La semana pasada me sentí un poco deprimido (con lo que me importan tus depresiones parodia inocente de escritor, dirán ustedes, pero aguántenme, les quiero platicar algo) así que me lancé a la plaza principal para que me dieran una boleada, ustedes saben, esa delectación en vías de extinción que no cura la “depre”, pero hace lucir tus “cacles” de “less mother”. Terminada la labor del desaliñado bolero me encontré caminando hacia la calle Zaragoza, y algo dentro de mí iba con la esperanza de encontrar remanentes de aquella época cándida de mi Piedras Negras querido (gmi Piedras Negras querido nunca te puedo olvidar, mi Piedras Negras querido nunca te puedo olvidar…h). Caminaba con la esperanza de sentir los sabores y olores de un pasado reciente, pero que a la vez se antoja ya lejano. Algo queda, es cierto, pero con la misma certeza afirmo que más se ha perdido de lo que se ha conservado; en la calle aún quedan restos de ese olor a tabaco, aserrín y alcohol que despiden generosamente las cantinas que se van multiplicando una tras otra; aún queda parte de aquel olor que nos obsequiaban las cocinas que todavía operan en el Mercado Zaragoza, pero que ahora compiten con los múltiples olores de la proliferación, del crecimiento, del cambio dinámico. Pero no encuentro el espíritu y el sabor que tenía mi pueblo de cuando era niño. Ya no te encuentras aquellos guías de turistas que paseaban a los “güeros” por la ciudad, tal vez porque son pocos los que nos visitan por estos días que no sean “paisanos”, esos gringos que ostentan una linda y representativa planta cactácea en la frente, mismos que no necesitan guías. Mucho caminé ese día, mucho medité sobre el exquisito sabor a pueblo que hemos perdido sin remedio. Mucho me lamenté que ahora nos tengamos que conformar con esos olores, sabores y colores artificiales que, banales y mentirosos, alimentan los sentidos de nuestras nuevas generaciones.

Regresé por mis propios pasos, de prisa, con la esperanza de encontrar “algo”. Pero no, es evidente que mi pueblo paga el precio de ser ciudad. Y así estaba yo con ese tipo de pensamientos cuando surgió una luz en la forma de una idea, idea que desde hace tiempo vienen trabajando un grupo de personas encabezadas por Ramón Carrillo García. La idea es rescatar el Hotel del Ferrocarril y convertirlo en el museo de nuestra ciudad. Qué mejor idea que rescatar y transmitir a las nuevas generaciones las delicias que ya no vivirán pero que fueron el cimiento de lo que hoy los hace hijos de esta tierra. Creo es tiempo de llevar esto a la gente, a las masas, a la mayoría, y por lo tanto es tiempo de dejar de ser pasivos y convertirnos en miembros activos de esta noble causa: además del correo electrónico en el que se pide añadirse a una lista, hablaremos con los medios locales, compraremos unos cuadernotes de raya sencilla y convocaremos a un evento de firmas en la plaza que más les guste (estarán de acuerdo que no todo Piedritas tiene Internet). Tras la recolección de firmas, que se formará una comitiva (apolítica) para llevar la iniciativa al mismísimo Felipón (previa cita) y al mero “chipocludo” de Ferrocarriles (convocado por “Jelipe”, si el efecto dominó funciona como lo estamos planeando). Con todo gusto me he apuntado para este mitote, pues de verdad me interesa rescatar a historia de mi querido pueblo y transmitirla a las futuras generaciones.

Mis amigas y amigos, es jueves, me voy donde va mi norte, que es norte de perseguido… si me quieren encontrar estaré en el mismo lugar de todos los jueves, gozando de la compañía de mis hermanos en alcohol (y más) y de las atentas atenciones de los buenos de Juan y Ramón. Pásenla bien y espero nos leamos el próximo jueves.

Que tengan ustedes buen día y mejores noches.

jueves, febrero 14, 2008

la de los jueves 14 febrero 2008

Lamento informarles que hoy, no hay...........


Que tengan ustedes buen dia y mejores noches.

PD. Por que algunos celebran el dia de San Valentin?

jueves, febrero 07, 2008

la de los jueves 7 febrero 2008

Mercado laboral y la buena ética capitalista

“Los trabajadores mexicanos son bien jaladores, son los únicos que se van al campo a sembrar la palma, porque ninguno de los que sí vienen mucho por acá: nicas, salvas, hondureños, colombianos, cubanos, ninguno jala como un mexicano”. Escuchado en una conversación con un contratista de mano de obra en Miami.

Por José Luis Segovia Garza

Es un trabajador como muchos hay en el mundo. Ahora que es invierno su trabajo consiste en barrer las hojas que caen de los árboles en un gran estacionamiento. Lo veo afanoso pero calmo en su tarea, y aún siendo una mañana fresca, su frente refleja los primeros rayos de sol por el sudor que la humedece. Le digo buenos días, como lo hago con mi familia y amigos que saludo a diario, con los trabajadores de intendencia que mantienen nuestras oficinas, lo mismo que hago con el vigilante que cuida la puerta de la organización para la cual trabajo. Se lo digo a mis alumnos así como a mis compañeros profesores, con un ánimo de que se perciba el buen deseo que está detrás de las dos sencillas palabras: “buenos días”. El señor se detiene por un momento, me ve a los ojos y contesta mi saludo. Al mirar que se dispone a seguir barriendo, una vez superado el momento de distracción por voltear a verme, sonreírme, y aceptar mi saludo, yo aprovecho la interrupción para comentarle que su trabajo empieza a ser difícil en esta época del año, por la gran cantidad de hojas que caen, y le comento que en otros lados he visto que usan sopladores de aire, que no son pesados, que tienen buena potencia para acarrear las hojas a algún punto del estacionamiento donde se les pueda reunir en un solo montón, y así facilitar su trabajo. Tal vez, le digo, si le comentara a sus jefes, pudieran en determinado momento considerar esa posibilidad. No le mueva ingeniero, me contesta, si así de rápido terminara, entonces otra persona haría mi trabajo, además del suyo propio, y yo saldría perdiendo por viejo. Déjelo así, es preferible ir barriendo al pasito, juntar las hojas, y al terminar, volverlas a juntar, pero no perder mi trabajo. Tiene razón, le digo al fin, después de repasar mentalmente las causas y los efectos que tienen los motivos de este buen hombre. Le vuelvo a desear un buen día y sigo mi trayecto. El camino que recorro es el mismo de siempre, el aire que respiro es igual al que respiraba hace un momento, sin embargo algo ha cambiado. La breve conversación con el señor que barre las hojas del estacionamiento me ha alterado el humor y mi caminar pausado es la fórmula que encuentro para pensar, pensar, pensar.

Las condiciones laborales en México son desfavorables en muchos sentidos: en salarios y prestaciones, en ambiente laboral que privilegie la integridad física de los trabajadores, en cobertura con seguridad social para el trabajador y su familia, en el apoyo para su capacitación formal. En verdad la situación es penosa. En un estudio reciente elaborado por la Universidad Iberoamericana (UI), se nos muestran algunos datos duros y concretos sobre las condiciones laborales en México. Así, en el informe sobre los resultados del estudio la UI, se clasifica los estados de la república con las mejores condiciones laborales y también las peores. Para mi sorpresa, los estados de la república que mejores condiciones laborales ofrecen a sus trabajadores son, así, en este orden: Primer lugar Nuevo León, y en un segundo y tercer lugar muy cercanos al primero, Coahuila y Aguascalientes. Digo que me ha sorprendido el resultado de este estudio pues no puedo menos que lamentar cómo estarán el resto de los estados en este renglón, pues si las condiciones laborales son malas en Coahuila, desde un punto de vista humanista y objetivo, pues los últimos lugares, como lo fueron en este estudio Guerrero, Morelos y Tlaxcala, deben tener una situación desesperante. Cuando uno observa el índice calculado por la UI, cuyo rango va desde cero (0) hasta uno (1), entonces nos damos cuenta de lo mucho que hay que hacer todavía para cantar victoria aquí en Coahuila o en cualquier lugar de México. Nuevo León ha quedado en primer lugar al tener un índice general de 0.48212 (¡cuando el mejor índice que se puede obtener es de 1.0!). Aún para los estados “privilegiados” de nuestro país las condiciones laborales son francamente “muy mejorables”.

Conozco bien a mi pueblo, porque soy de él, pertenezco a él, comparto cultura y suelo con todos los mexicanos, y por las características de mi trabajo bien que me ha tocado adentrarme en abismos sociales y llegado a palpar miseria, la muerte en vida a la que están condenados millones de mexicanos, y en general miles de millones de seres humanos. Situación incomprensible e inconmensurable. El problema es tan vasto que no es suficiente con sólo pensar y desear para que empiece a solucionarse. Las variables son tantas y traicioneramente entrelazadas, que tristemente descubro que no hay propuestas del nuevo gobierno mexicano que lleguen a rozar siquiera el largo camino hacia la solución integral.

No se equivocan los que opinan que para que los trabajadores mexicanos, los latinos, los africanos y orientales que laboran en sus propios países en condiciones deplorables, logren un incremento real en su nivel de vida gracias a su propio esfuerzo y no sólo con la ayuda de los gobiernos, se requiere de una educación básica que reúna un conjunto mínimo de conocimientos que incluyen: las matemáticas, el idioma natal y el inglés, el uso de la computadora en particular y el uso de los medios electrónicos de comunicación en general, pero sobre todo, una especialidad laboral que le permita a la persona crecer en un oficio en forma digna.

¿Cómo lograr este sueño? ¿En qué deben invertir sus escasos recursos los gobiernos de las naciones pobres en las que vivimos? La respuesta está ahí desde hace mucho: en educación, capacitación, en ganarle la lucha a la ignorancia desde niños como el anhelo más grande y verdadero de toda una nación. Y no lo veo. Tristemente no lo veo en mi país.

El mexicano promedio, típico (no olvidemos que por lo menos la mitad de este país vive en la pobreza, y por lo menos una quinta parte en la pobreza extrema), es uno que toma la electricidad en forma clandestina para hacer negocio; aquel que no paga el agua compartida del vecindario mientras sus vecinos no dejan de pagarla pues de otra forma se quedarían sin agua todos; aquel que no le alcanza para vivir con lo que gana en un trabajo honorable; aquel que aporta poco o nada a través de impuestos para impulsar hacia delante a la nación. Este personaje es más víctima que verdugo, pues no hubo un sistema que le ayudara a ser distinto. Así como tampoco hay una autoridad que le impida delinquir en caso de que opte por esa ruta desafortunada.

Educar, educar, educar desde niño. Pero NO como se ha hecho hasta ahora, pues las evidencias muestran el fracaso de nuestro sistema educativo. Por lo menos tenemos esa certeza en medio de la zozobra que se percibe en el mercado laboral y en el sistema educativo mexicano: lo hecho hasta ahora no ha funcionado. De ahí es desde donde debemos empezar.

Educar, educar, educar, pero ¿En qué? ¿Qué se debe cambiar? ¿Hacia qué se debe cambiar? Pues bien, otra vez las respuestas a estas preguntas están ahí desde hace mucho pero pocas veces se habla de ellas con seriedad. Podemos empezar por instruir a nuestros niños y jóvenes ética capitalista (atesorar en vida no es pecado, es más pecado esperar que el maná caiga del cielo o del gobierno); ética humanista (el ser humano es el centro de toda actividad y es indebido cualquier cosa que atente contra la integridad física o moral de las personas); instrucción en técnicas de procesos de negocio adecuados a nuestras potencias (cada región debe identificar, consolidar, explotar y proteger sus propios productos y servicios para competir con ellos antes de que alguien más los expropie y les saque provecho); beneficios de la desaparición del salario mínimo y el escalafón (mejor un sistema de compensación en base al conocimiento, desempeño y trabajo en equipo); ventajas de la eliminación de la desmesura del poder de los sindicatos (fiscalización real de los fondos acumulados de los trabajadores y democracia interna para la elección de sus representantes); provecho de la emancipación del IMSS de designios políticos (servicio de salud tan importante para la mayoría de los mexicanos que nada tienen que andar haciendo en tan delicado sistema empleados aprendices de medicina y con calentura política). Para los que estamos ya incorporados e inmersos en el torbellino laboral, para los que nos tocó llegar ofrecer nuestros servicios con las pocas armas que nos dotó el sistema vigente, será necesaria la capacitación en las artes del negocio en el cual participamos, es decir, una capacitación completa en el conocimiento profundo del producto y el proceso de la empresa donde somos empleados. Esto es una gran responsabilidad de los patrones, pues implica capacitar sin escatimar en información fundamental de lo que se trata el negocio, evitando la actitud abstinente por temor a potenciar gente para la competencia. Imaginen qué hubiera sucedido si GM o Chrysler al llegar a Saltillo a principios de los 80’s, hubieran escatimado en el adiestramiento de su gente por temor a que un día se fueran de sus arcas y volaran hacia la competencia. Estas grandes empresas nos han enseñado mucho de lo que es la buena ética capitalista.

Mucho tenemos que aprender todavía de la buena ética capitalista y humanista (porque también hay una mala ética capitalista, y de esa sabemos de sobra con los errores cometidos en el pasado por sus principales exponentes) porque la historia ha demostrado que la otra ética, la que compitió a muerte con la buena ética capitalista, mucho daño causó a naciones completas y por decenas de generaciones. Entiendo por qué el señor que barre las hojas del estacionamiento de la universidad donde trabajo prefiere que todo siga igual, y estoy con él en su contexto, pero también estoy seguro que no será cuidando ese tipo de fuentes de empleo la solución para las futuras generaciones. Como siempre, la solución está en las manos de los más fuertes, de los más educados, de los más privilegiados, en aquellos que no busquen eludir su responsabilidad social y quieran devolver a México una parte de los beneficios recibidos. ¿Quién dijo yo?

Gracias Jose Luis.

Que tengan ustedes buen día y mejores noches.

Nota aclaratoria: En mi opinión muy personal creo importante que al escribir (lo que sea) se sepa quien es el autor. Es quizá por eso que no escribo de manera anónima o bien bajo un pseudónimo; estoy dispuesto al dialogo o al intercambio por escrito de opiniones en lo referente a lo que trato en esta pagina, siempre y cuando quien así quiera hacerlo, tenga los arrestos de identificarse al dejar sus comentarios o bien al escribirme directamente a mi correo electrónico. Mi nombre es Armando Castro y mi correo electrónico es: ladelosjueves@gmail.com

PD. Seguimos sin poderles ganar a los gringos (2-2).